martes, 2 de octubre de 2007

Teatro x la identidad

Ayer fui testigo de muchas cosas, de muchas sensaciones, de muchas ilusiones. No tenía ningún plan y buscando información encontré una reseña sobre un ciclo de teatro gratuito que estaban montando en el teatro Alfil,
Teatro x la identidad
, no sabía muy bien que era, pero me llamó la atención y decidí pasarme.
Llegué pronto, me dieron mi entrada y como faltaba media hora hice tiempo con una cañita y un ratito de lectura.
Media hora después hice un poco de cola (porque se llenó y hubo gente que se quedó sin entrada), y sin mucha demora entré, el teatro estaba lleno pero entre la buena disposición de la gente y la perfecta colaboración de los organizadores (altruista y voluntaria) todos nos acoplamos rápido y sin problemas. Tras un rato se apagan las luces y dos chicas suben a dar la entrada, explicándonos en qué consiste el ciclo, porqué se organiza y quienes participan de él. Tras ellas sube Juan Diego Boto (noté cierto alboroto de las féminas), y nos lee un breve texto que no recuerdo de quién era, y que reflejaba las últimas horas de una mujer secuestrada de su casa por los militares, vejada y ultrajada, y posteriormente asesinada. Un silencio enorme se adueñó del auditorio y una gran congoja nos preparó para lo que se avecinaba.
Tras Juan Diego asistimos a dos obras cortas inspiradas en el tremendo drama del que se hace eco este festival. No diré mucho de las obras porque se repiten los próximos días y no quiero estropear la sorpresa a los que vayan a verlas, solo diré que la segunda sobre todo me pareció excepcional, fantástica. Al final de la obra con la música de Silvio Rodriguez y otra que no se de quien era, se creaba una conmoción tal que no había espacio en mis ojos para todas las lágrimas que acudían a ellos.
Además de lo terrible de la situación, de lo inhumano que es robar a una familia a sus hijos hubo un pensamiento que se vino a mi cabeza, y es justo el del otro lado, el del niño, ¿cómo se puede encajar sin volverte loco el descubrir que quienes creías tus padres, a quienes amabas por encima de todo, en realidad te habían robado de tus verdaderos padres quitándote lo único que es verdaderamente tuyo, tu "yo", tu identidad? ¿cómo se reacciona a eso? ¿cómo el ser humano puede llevar la maldad a límites tan crueles?
Como decía Javi en otro post, el ser humano nunca estará en paz, porque en su interior anida la maldad, la crueldad y el egoísmo. Por suerte existe lo contrario, existe gente como estos hombres y mujeres que dedican su tiempo de manera altruista a intentar ayudar a encontrar sus orígenes a personas a las que les fueron robados. Todavía hay esperanza, aunque solo sea en una parte de la humanidad.

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