sábado, 30 de enero de 2010

Otra vez lo mismo

Una suegrastra que sigue jugando a las muñecas, un marido amnésico, un amigo suicida, otro por las nubes, otro que no coge nunca el teléfono, y yo dando vueltas en la espiral de los mismos errores. Menos mal que algo aprendí.

Invictus




Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.


Martin Niemoeller

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".


Martin Niemoeller

viernes, 22 de enero de 2010

La polanquería

Leí una vez que Presidente Masaryk es la calle más glamorosa de todo México. A mí, me gusta más Horacio, en especial, la zona del parque América hasta metro Polanco. Por las ramblas, por la acera central flanqueada por esas altísimas coníferas, que dejan entrepasar los rayos de sol, por los puestos de flores. Hoy hace un día primaveral, luminoso, de esos en el que el aire parece que sabe diferente, de los que te ponen una sonrisa. Voy caminando por el Parque América, en las farolas hay carteles pegados de "se busca". Me acerco, y lo que se busca son perros extraviados. Me da un poco de tristeza al verlo. En la estación del metro Hidalgo, en el tablón de anuncios también hay carteles de "se busca", pero muchos más. Y no son de perros, son de personas, y ninguna de ellas son precisamente un Hugo Wallace.

miércoles, 20 de enero de 2010

China Cholula

Estaba pensando en el nombre oficial de China, "República Popular
China" o más bien, su nombre en inglés, que tiene un significado leve
y sustancialmente diferente a la vez . "People's Republic of China".
República de la gente de China. En realidad no se me ocurrió esto
ahora, fue en la cima de la Gran Pirámide de Cholula, ahora parroquia
de Vuestra Señora de los Remedios, de los Promedios. Y todo porque a
sus pies tres carteles prosaicos e idénticos- uno en español, otro en
inglés, y otro en ve a saber qué lengua precortesiana- demostraban la
mejor eficiencia del inglés, en longitud al menos, seguido del
español, y abandonado a su suerte el primo del nahuatl, que por poco
no escribe en el aire; y una cosa fue llevando a otra, y de repente
todo regresó a mi mente ahora pensando lo ridículo que se veía ese
video enmudecido de Cindy Lauper bailoteando al son de la musica chill
que suena de ambiente en el Java Times.
Nada como tener tiempo para divagar... ¡qué sano!

martes, 19 de enero de 2010

LA PRENSA

¡Uyf! Leer el periódico a veces me pone de mal humor... Leo en "El Mundo" del día 19-01-2010 una frase parecida a ésta: "el mundo de los toros, siempre solidario". Y todo porque un tal Sebastián Castella -torero- dará una corrida en favor de las víctimas de Haití. Pues sí, puede que su gesto sea digno de elogio y se pueda tomar como ejemplo -entre los suyos, claro -, pero adjetivar así al mundo del homicidio animal, y encima acompañarlo de este adverbio tan absoluto y cuantitativo... ¡agh!
Otra noticia relacionada con el tema es la que habla sobre una empresa de cruceros de lujo, que atracan en la isla en un complejo privado paradisíaco, prohibido para los nativos, y lo que parece será una crítica a la indiferencia mezquina de la compañía frente al desastre (una vez donaron sofás, camas y colchones que les sobraban) termina en un párrafo defendiendo y justificando la necesidad ahora más que nunca de la existencia de este negocio allí, pues da trabajo a un número significativo de haitianos, aunque no dice lo que les paga, y mucho menos nos cuenta qué es lo que han hecho por el desarrollo de la zona antes del desastre. Emplean a los haitianos pero les prohíben el uso de los servicios, infraestructuras y espacios, reservados para los clientes de lujo. (Algo parecido ví en los complejos hoteleros de Túnez, pero al menos allí no se mueren de hambre). Lo de siempre.
Aunque bueno, terminé la lectura con la entrevista a Orham Pamuk, de la que saqué un par de reflexiones interesantes a partir de lo que contesta al ser preguntado, como por ejemplo, que "el apego por los objetos es un rasgo humano", y que "una novela es un museo".
Ahí os lo dejo, para que penséis en lo certero de estas frases, que a mí sí me lo parecen.

lunes, 18 de enero de 2010

Indios

"Delante de nosotras va un indio. Al llegar a la taquilla pide su boleto.
-Oílo vos, este indio igualado. Está hablando castilla. ¿Quién le daría permiso?
Porque hay reglas. El español es privilegio nuestro. Y lo usamos hablando de usted a los superiores; de tú a los iguales; de vos a los indios."


Rosario Castellanos.

Balún Canan.


sábado, 16 de enero de 2010

Extranjia

Cuando me levanté esta mañana, la casa estaba fresca, el cielo
grisáceo. Por un momento, pensé que era uno de esos sábados lentos
de Valladolid.
Estar en un país del extranjero me esta ayudando a aprender a echar de
menos.

jueves, 14 de enero de 2010

Metáfora II

Iba a escribir un post sobre las aceras, sobre las banquetas de Polanco, banquetas altas pintadas de amarillo, resquebrajadas, horadas por raices de árboles. Banquetas que suben, que bajan; banquetas que acumulan agua de lluvia en sus rajas y agujeros, banquetas que alimentan hierbas en sus grietas; que forman charcos, que se vuelven resbaladizas cuando llueve. Banquetas que tienes que mirar, y reconocer al caminar, para no tropezar. Banquetas que te hacen mirar al suelo,...

Pero al final encontré algo peor que las aceras polanqueñas, que al fin y al cabo, no son más que banquetas viejas. Una escalera mecánica parada, ¿arrancará al bajarla? La incertidumbre en el suelo.

lunes, 11 de enero de 2010

La playa

De nuevo en casa, después de nueve gloriosos días a 30º mientras por aquí caían nieve y frío por partes iguales. Nueve días con la única preocupación de "no sé si tumbarme boca arriba o boca abajo", o tomarme una caipirinha o un agua de coco, o pensar si ya había comido o si tenía hambre. Nueve días de playa, desconexión, amistad y recarga de pilas y energía.

No sé si a raíz de pensar en playa, playa y playa hoy no ha parado de resonar esta canción en mi interior. No me gustan Los Planetas, o mejor dicho no puedo asegurar que me gusten porque nunca han sonado demasiado a mi alrededor. El no entender la mayor parte de las canciones es para mí una barrera de entrada, supongo que de forma similar a la voz rasgada de Sabina para otros muchos.

Ahora por fin he podido escuchar la canción en mi ordenador, y me ha emocionado.



CALCETINES

No había reparado nunca en la cantidad de calcetines que pierdo y encuentro a lo largo de los años ni en que en ellos se refleja parte de nuestras vidas.
Tenía 5 pares de calcetines en la mochila y ninguno era mío. Steve, Steven, Paul, Sergio, Carmen. Y a veces al ponérmelos evocaba a los pies que acogieron antes que a los míos. No es fácil a veces tener una imagen clara de los pies de los que pasaron por nuestras vidas o alcobas. Aunque yo suelo prestar bastante atención.
Ahora sólo tengo dos pares. Me pregunto donde habrán ido a parar los otros 3 y sí, alguna vez, en la rutina de vestirse, algunos pies se acordaran de los mios y sonreiran a su abrigo.

Xocolatl

Está lloviendo. Cuando llueve y es de noche, la ciudad se vuelve un espejo negro de reflejos de luces, de farolas, de faros, que van y vienen y que centellean en el pavimento mojado. Hace frío y llueve, está oscuro.
El taxista me conoce, me reconoció por la voz, por el acento. Completó el mismo la dirección cuando le llamé. Tiene una risa diáfana, de las que parecen sinceras. Y se ríe bastante, creo que le hace gracia la forma en que le estamos dando direcciones, como un juego. Le leemos en voz alta el comentario de Gina con las pistas, y se ríe de lo del cri-cri, pero yo no lo entiendo. Es lo único que reconoce de todas las indicaciones, y no servirá de mucho. Pero es bueno que le haga gracia, nos reimos los tres.
Ya en la Condesa, nos bajamos. Es dificil buscar con un coche con unas direcciones dadas para ir a pie. Apeados, encontramos la calle, y el restaurante italiano. Al lado una verja, y adyacente, la chocolatería. Parece más bien una cafetería, pequeña, con una terracita ahora cubiera de lona, donde se cuela el aire frío. Solo hay una persona, sentada en una mesa en la entrada, casi en la campaña, y caben pocas más en el interior. Apenas hay sitio para la barra, ni para la chica que la sirve, que se sienta, hierática, en su cubículo. La carta se muestra como un cartelón sobre su cabeza. Tienen chocolate negro y chocolate blanco. "¿Tienes chocolate?" le preguntamos, como si no supieramos leer, aunque en el fondo, lo que buscábamos, lo que esperábamos era que dijera que claro, que habíamos dado con la chocolatería más famosa de la Condesa, y que no nos fiaramos de la carta, que en realidad escondía muchas más variedades, artesanas, calientes, ricas y por supuesto, la receta mexica. Pero no, ella no dice nada de eso, apenas dice un sí. X hace un ademán de irse, y yo le sigo. Le anuncio a la chica que luego volveremos.
¿Qué ha pasado? Todas las indicaciones cuadran, está en la calle del niño héroe, al lado del italiano, aunque, en realidad no conozco a Gina, pero diría que no puede ser ése un sitio que ella recomendaría, al que ella vendría. Nos arriesgamos, recorremos la calle, arriba, y abajo. Preguntamos a una pareja, "no, vaya, pues si es una chocolatería a estas horas deben estar cerrados. Pero bajad la calle hacia allá que se vuelve más comercial y allá seguro que hay más suerte". Pero no le hacemos caso, y rodeamos el edificio verde de la telenovela de terror, caminamos sorteando plantas gigantes en la acera, y vadeando los charcos, negros. Está oscuro, y la calle, el barrio, recuerda a una calle en París, que no sé si será Montmartre, el Quartier Latin, o solo mi imaginación jugando a los ya-vistos. Espera, la calle se acaba, volvemos al punto de inicio, ¿tomamos el chocolate entonces ahí, o nos vamos para casa? Pero no, es en la tienda de lámparas, ahí, el lugareño sí sabe. Es en la otra calle, otro niñó héroe, que no lo es tanto, es teniente. ¿Habrá otro restaurante italiano en la paralela? O simplemente las chocolaterías reputadas serán como los caracoles, que mueven su casa, pero despacio, así que no van muy lejos, solo al otro lado de la manzana. Y sí, ahí está, eso si es una chocolatería, con su gente, sus mesas, la madera, las piñatas, su rinconcito acogedor, y hasta la campana. "Sí, no es broma, si quieres ordenar, tienes que tocar la campana".
Cuando traen el chocolate, me alegro del empeño, de seguro hay un refrán castellano que habla de eso y reza, reza así "Quien persevera a dios desespera", O parecido. Salud y chocolate, qué reconfortante ¿quién no se acuerda de Juliette Binoche?

domingo, 10 de enero de 2010

2010 - Nuevo año

Lo he recibido en un mail de Le Cool y me ha gustado mucho, entre otras cosas porque justo el otro día muy lejos de aquí un amigo me dijo que presentía exactamente lo mismo, que el 2010 iba a ser un gran año, y yo me quedé mirándole como de costumbre. ¡Que así sea!

Su mayor don era el de ver más allá. No como un vidente ni nada de eso, sino realmente, sencillamente, viendo: sólo con una mirada, un gesto con la mano o un esbozo de sonrisa, era capaz de saber cómo era aquella persona, qué escondía, qué no soportaba. Sus sueños y sus miedos. Qué música escuchada, o cuál era el último libro que había dejado a medias. Lo había podido hacer desde pequeño, nunca había descubierto el por qué ni se lo había contado a nadie; era su secreto, aquel que todos tenemos y guardamos. Hasta el momento, no se había equivocado jamás. Y ese día, pocos minutos después de haber entrado en el 2010, sintió lo mismo. Caminaba por la calle, la ciudad hervía a su alrededor, todo empezaba de nuevo. Y lo sintió: iba a ser un buen año. Dos mil diez. Veinte diez. Se lo dijo a sus amigos, que se lo quedaron mirando como de costumbre. Pero él estaba seguro. ¡Bienvenidos!

viernes, 8 de enero de 2010

200 mil españoles abandonados en el desierto

O al menos fueron españoles, hasta que el gobierno del estado español decidió revocar esa nacionalidad. Y desde hace 33 años, los saharauis están abandonados en el desierto.

Copio lo que Rincón nos ha enviado, una reflexión de Eduardo "Las Venas Abiertas de América Latina" Galeano sobre la situación en el Sahara Occidental.



Me pregunto que reacciones viviríamos si el gobierno español decidiera de repente entregar a Marruecos el territorio y a los españoles que viven en Cuenca.





¿Por qué será que los ojos se niegan a ver lo que rompe los ojos?

¿Será porque los saharauis han sido una moneda de cambio, ofrecida por empresas y países que compran a Marruecos lo que Marruecos vende aunque no sea suyo?

Hace un par de años, Javier Corcuera entrevistó, en un hospital de Bagdad, a una víctima de los bombardeos contra Irak. Una bomba le había destrozado un brazo. Y ella, que tenía ocho años de edad y había sufrido once operaciones, dijo:

–Ojalá no tuviéramos petróleo.

Quizás el pueblo del Sahara es culpable porque en sus largas costas reside el mayor tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las inmensidades de arena, que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de fosfatos y quizá también hay petróleo, gas y uranio.

En el Corán podría estar, aunque no esté, esta profecía:

–Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes.


miércoles, 6 de enero de 2010

Homenaje II

Tenía tantas arrugas. El espejo maldito, y la vida, que pasa. Arrugas que ajaban mi rostro, surcaban el círculo de mis ojos. Arrugas que recorren mi frente, sitiaban mi cara. Arrugas del tiempo, arrugas de la nada.
¿Cuánto tiempo ha pasado? Ya casi cincuenta años. Una vez fui una niña, una niña feliz, que no tenía arrugas, pero tenía tiempo, todo, hasta donde el horizonte terminaba. Esa niña miraba al espejo, y miraba al tiempo, y soñaba.
Su padre le decía: "la vida pasa rápido, mi niña". Y la niña miraba con sus ojos verdes, de color esmeralda, ojos tímidos, y soñaba. Soñaba despierta, soñaba con soñar, volaba. "Un príncipe, no. Una familia, y el mañana". Mañana quiero ser yo, no quiero estar asustada.
"Mi niña, no te asustes, pues después de mañana, siempre queda eso, siempre, esperanza".
Sus manos eran fuertes, calientes; su pelo gris olía a azúcar, me reconfortaba. Pero mi padre murió, estoy sola, y tengo a mi hermana.
Hoy volví a caminar por la calle Padre Blanco, buscaba mis pasos, olvidados, los pasos que me retornaran a un recuerdo feliz, a otro tiempo. Ahora, la casa de mi infancia está derribada. Ya no hay esquina, ni callejón, ya no hay huerta, ni casa maragata. Queda un solar: triste, frío, de arena blanca, ocre y dorada. Van a levantar unos pisos, otra caja de zapatos, otra tumba, esta vez sí, una tumba blanca.
Quiero llorar, pero ya no queda nada. Solo mis pasos, y el paso del tiempo, que ya ha pasado. Una casa deshecha, frío en la calle, frío en la carne, frío en el alma.
¿Cómo se comienza una vida ya pasados los cincuenta? Quiero ver en ese espejo otra niña, o un hada. Porque el tiempo no la ha deshecho, como a la casa. Está ahí, en el espejo. Está mirando, la niña, arrugada. Está esperando, ¿qué espera? ¿qué dicen tus ojos tristes, niña? ¿qué dicen, si ya has llorado? Vuelve a mí, niña, para que podamos volar juntas, para que podamos soñar, soñar que hay un pasado mañana.

Estar Vacs

Qué frío hace en el DF. Pido un té en Starbucks, que lo sirven en un
vaso de cartón tan grande que me dan ganas de meter los pies
dentro, a ver si se calientan. Porque, la verdad, no está muy bueno, y
eso de beber de cartón es muy yanki, ...pero es que los sillones son
tan cómodos...
A ver si Teavana o la librería Porrua se animan y ponen sillones como
estos, y ya me cambio.

Post Scriptum.- Esto de tener Internet permanente y una forma de
bloguear desde el móvil no sé si va a ser buena idea. Al final
escribo lo primero que se me ocurre y en el momento en que se me
ocurre. Una cosa es pensar en voz alta, y otra, desparramarlo por la
Internet.

lunes, 4 de enero de 2010

Mar Attack!

27 de Diciembre de 2009, 15 horas 33 minutos
Bahía el Maguey, Huatulco, Oaxaca, Estados Unidos Mexicanos

La version exagerada:

…y una gran ballena blanca nos atacó con su cola, casi destrozando nuestra moto de agua y lanzándonos decenas de metros por los aires (casi). Nos escapamos por los pelos.

La versión real:

…en realidad pasó como a diez metros (que la verdad, sí es bastante cerca para ir en una enclenque moto acuática), y, bueno, sólo vimos la cola zambullirse, con lo que en vez de una ballena asesina perfectamente podría haber sido una crecidita sirena tipo Daryl Hannah (gracias, Tantin Quarantino, por reformarla, y un saludo a Paz Verde por la lucha contra los marus).

domingo, 3 de enero de 2010

No puedo con este tipo

Me doy por vencido, no soy capaz de leer a Carlos Fuentes. Me falta la madurez de lector, o el hastío por lo común, o simplemente no tengo paciencia. Estoy leyendo "Gringo Viejo", y no sé si seré capaz de terminarlo. Aventuro que en cuanto me cruce con otra novela más _ _ _ _, este terminará en el estante donde almacenan polvo el resto de mi colección de Fuentes incluyendo la Región Más Ininteligible, Veinte mil años de Soledad, las aventuras quijotescas del Quijote, y ese libro sobre las enseñanzas de Buddha que robé de un Toyoko Inn; todos me esperan para dentro de una década o dos.
El caso es que la historia es interesante: en Gringo Viejo, Carlos Fuentes cuenta la ficción de lo que pudo ocurrir en la misteriosa desaparición de Ambrose Bierce, un escritor estadounidense comparado con Poe y Lovecraft, que decidió cruzar la frontera de México y morir con las botas puestas en plena Revolución ajena - vivaméxicocabrones. Del tal Bierce nunca se supo, pero Fuentes aprovecha para hacer un dos-por-uno: la revo, la visión gringa de los mexicanos, la guerra de Cuba, el meta-tema de la muerte elegida, y otros miles de subtemas que seguro que ni percibo de tan atorado que voy leyéndolo.


«(...) Adiós — si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega.

Ser un gringo en México — ¡ah, eso sí es eutanasia! (...)».

Ambrose Bierce, 1 de octubre de 1913

sábado, 2 de enero de 2010

Correos

Quería enviar esta carta a España, y cinco estampillas más para
allá, digo yo.
Ay ¿sabes qué? No tengoooo ahorita estampiiiillas, dice ella.
Cara de póquer, pongo yo. (Correos de Mexico es el único sitio donde
venden sellos y vaya, resulta que no tienen).
Entonces... ¿er?
Solo puedes enviarla desde aquí pero no te puedo dar estampiiiiillas,
no tengoooo, soluciona ella.
Ah, que susto, me alivio yo. Entonces, dame un sobre. No, dame dos.
Híjoooles, ¿sabes que? No tengo sooobres, se lamenta ella. Pero creo
que en la farmacia de enfreeeente venden sooobres.
Entonces ¿para qué sirve Correos? pienso yo.

Día Uno

Ya a punto de dejar Chiapas, ya habiendo dejado el 2009, ha sido un
final de año entrañable en Villaflores, arropado por la familia de X,
un final genial para un año igual, y unas grandes vacaciones. En
verdad sí le faltaron dias al 2009, como horas le faltan al día, pero
2010 ya está aquí, así que bienvenido sea.
Feliz día Uno.