sábado, 16 de enero de 2010

Extranjia

Cuando me levanté esta mañana, la casa estaba fresca, el cielo
grisáceo. Por un momento, pensé que era uno de esos sábados lentos
de Valladolid.
Estar en un país del extranjero me esta ayudando a aprender a echar de
menos.

2 comentarios:

soñadora utópica dijo...

recuerda la niebla mañanera q se t metía hasta los huesos y te congelaba :)
besos

daviz dijo...

eso solo se echa de menos si es sábado y la puedes ver desde la cama :)