miércoles, 4 de julio de 2007

La culpa

Hace tiempo que está en mi cabeza dando vueltas la idea de la culpa y sus efectos sobre mi vida y la de la gente a mi alrededor. El post de Crece la voz me ha hecho volver a ese pensamiento e intentar volcarlo en palabras, será además una manera de conocer vuestro pensamiento sobre el tema.
A lo largo de mi vida la culpa ha sido un concepto siempre presente, la educación cristiana predominante en Valladolid en el periodo de mi niñez y adolescencia incidía mucho en esta cuestión, cada vez que pensabas, soñabas, hacías.... algo que se saliera del cauce marcado volcaban sobre tí la idea de la culpabilidad, culpable de no ser como te dicen, de no hacer lo que te dicen, de no ser lo que esperan de ti,......
esta culpa provocaba que no siguiera mis propios designios o si por el contrario era capaz de superar la presión, esta se manifestaba impidiéndome disfrutar intensamente de las situaciones pues esa oscura enemiga estaba siempre presente recordándome que estaba defraudando las expectativas de alguien, principalmente las de mi familia pero también las de mis amigos, parejas,....
Con esta perspectiva por delante, podía atisbar el camino que me esperaba, la rendición total y la asunción de ideas ajenas a mí que marcarían el devenir de mi vida.
Por suerte pese a tener muchas posibilidades de avanzar por esta senda siempre quedó en mí un poso de rebeldía que me recordaba a su vez que estaba rindiéndome y que en algún momento futuro lamentaría no haber seguido mi propio camino. Esa pequeña puerta que quedó abierta se ha convertido con el tiempo en una enorme grieta, que si bien solo dejaba pasar una pequeña brisa, con el tiempo ha ido admitiendo sucesivos vendabales y todavía espera la llegada del ciclón. Recuerdo ahora una frase que mi amigo Victor me dijo allá en tierras castellanas, "nadie es culpable de las cosas, como mucho responsable", y ese matiz me ayudó a soltar mis lastres, efectivamente no somos culpables de nada, puesto que nada malvado hemos hecho, somos responsables de nuestros errores y nuestras renuncias, y en nuestra mano está solventarlos, pero no merecemos por ello mayor castigo que la propia visión de nuestros errores, en el mismo momento que somos conscientes queda condonada nuestra deuda, y afrontamos libres y sin lastres el futuro que se muestra como un libro con sus hojas en blanco, prestas a que escribamos sobre ellas la mejor de las historias.

6 comentarios:

daviz dijo...

una gran frase la de Victor, me gusta mucho.
Creo que todavia muchos heredamos la educacion cristiana de nuestros padres. Apenas nosotros la hemos hecho caso (quien se creía algo de lo que nos contaban en catequesis, en misa o en clase de religion..?).
Pero sí que es verdad que la educación tradicional de papá y mamá es parecida al adiestramiento de perros o algo así: si haces esto así, está mal, y vendrá el coco y te llevará..

entre culpa y miedo anda la cosa.

Rincón oscuro dijo...

Luis Rojas Marcos, conocido médico y psiquiatra, autor de prestigio internacional, cuyos libros abordan temas que siempre han inquietado al ser humano de una manera muy fácil y sencilla de entender, dice en uno de esos libros lo siguiente: las personas optimistas en la vida en general "se caracterizan por repasar con benevolencia el ayer, por aceptar sin resentimiento la inalterabilidad de la vida ya vivida y por reconciliarse pacíficamente con los conflictos que no pudieron resolver, con los errores qe no rectificaron y con las oportunidades perdidas". Esto último me parece cierto como que existe el día y la noche. Espero que tú, amigo malabar, seas optimista, y que tú, amigo daviz, no consideres la educación que te dieron tus padres como un mero "adiestramiento de perros", pues ahora no estarías leyendo sino ladrando.

malabarista infernal dijo...

completamente de acuerdo RO, pero en mi caso ha sido necesario bastante tiempo, y bastantes acontecimientos para llegar a ese pensamiento...
eso sí, de una cosa estoy seguro, espero hacerlo la mitad de bien que mis padres cuando me toque el turno de educar a un churumbel, pues si bien mis padres adolecerán de muchas cosas, como todo el mundo, hay una que siempre estuvo presente en mi infancia y la de mis hermanos, la sensación clara y rotunda de ser amados y de estar protegidos bajo la capa de nuestros padres

Anónimo dijo...

La culpabilidad es un concepto tan abstracto que podría aceptar muchas interpretaciones; para mi es actuar mal con consecuencias negativas aún sabiendo que tal hecho podría ocurrir.
Por eso también me gusta la direnciación culpable/responsable, con connotaciones muy distintas.
Nunca podrás ser culpable de lo bueno, pero sí responsable de ello.
"Errare humanum est", tomar decisiones es ser responsable del fruto, pero para lograr lo dulce en ocasiones tendremos que encontrar lo amargo. ¿Culpable? En absoluto, salvo que la mala fuese quien nos guiase...

Unknown dijo...

Me gustan los días soleados. El sol es el culpable de que cada día me levante más animado. El concepto de culpa también puede tener un signo positivo. También somos culpables o responsables de cosas buenas.

malabarista infernal dijo...

Del diccionario de la real academia de la lengua:

culpable.

(Del lat. culpabĭlis).

1. adj. Se dice de la persona a quien se imputa una acción u omisión ilícitas por haberlas cometido de forma deliberada o con negligencia de sus deberes. U. t. c. s.

responsable.

(Del lat. responsum, supino de respondĕre, responder).

1. adj. Obligado a responder de algo o por alguien. U. t. c. s.

Hay un matiz importante, culpable tiene un sentido sancionador claro, responsable solo te liga al hecho pero sin juzgarte por él.