martes, 17 de julio de 2007

Aguila


Dónde vas ufano y libre,
lejos del hastío mundano,
alejándote, cuando estás cansado,
de tanto vacío intangible.

Llévame, hermano,
enseñame a surcar las nubes,
pues siento que me ahogo en esta urbe,
que encarna lo divino y lo inhumano.

Muéstrame las tierras allende las montañas
los rios y valles de mis sueños,
donde corren libres y risueños,
las personas que aquí llamamos extrañas.

Tú que conoces de primera mano,
lo que otros cacarean y desconocen,
ilumina mi mente, ávida de contacto
con la vida verdadera, con otras voces.

Vuelve, vuelve, compañero de ilusiones,
no abandones mi alma en este desierto,
que junto a tí viviré emociones
que me harán más completo, más abierto.

Mis alas están listas para el vuelo,
solo necesitan entrenamiento,
cuando por ti se abrán lustrosas,
me elevarán sin freno, hasta el cielo.


Madrid, Julio 2007

2 comentarios:

peligrossa´maríha dijo...

Las mariposas no tienen las alas tan fuertes como las águilas, ni llegan tan alto, pero pueden volar de flor en flor, de pradera en pradera y conocer otros mundos con ellas. Sin necesidad de esperar que un águila la lleve.

Sal a volar!!!

Mu chula tu poe, me recuerda a Extrechinato.

daviz dijo...

y además por fin un poco de sosiego en este blog donde últimamente entra gente que apenas sabe leer (o ni se molesta), y menos interpretar con objetividad.