El caso es que en esta segunda parte debo llevar un cuento sobre el que trabajar todo el día, y al final del mismo tendremos nuestro debut frente al público y la ocasión de disfrutar con y para la gente. Y ahora tengo la inmensa tarea de escoger un cuento que me haga sentir con la suficiente intensidad para dar lo mejor de mí, y ahí es donde pido un favor al mundo, quien conozca un cuento candidato y lo comparta conmigo tendrá mi eterna gratitud y por supuesto si el tiempo lo permite y el destino acompaña quizá pueda ser testigo de mi futura vida de juglar...........(desde luego imaginación no me falta).
Y como está muy feo pedir y no dar nada a cambio aquí os dejo un cuento de Jorge Bucay que igual conocéis pero que acabo de leer y me ha hecho pensar y sonreir,... y llevar con mejor ánimo las tonterías que acompañan el desempeño de mi trabajo.
Lo que mas le gustaba del circo lo que mas los animales y entre todos ellos había uno especial, el elefante.
Durante su función, hacia despliegue de su tamaño y fuerza.....pero una vez terminado el elefante quedaba sujeto tan solo por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. El misterio era evidente ¿Como un animal tan grande se quedaba sujeto sin moverse atado tan solo a un trozo de madera?, lo que estaba claro es que el animal no quería huir, podía con toda seguridad ser capaz de arrancar un árbol de cuajo, y con mas facilidad arrancar la estaca y....huir.
Un día preguntó por el misterio del elefante y le dijeron que el elefante estaba amaestrado....pero si está amaestrado ¿porqué lo encadenan?, nadie le contestó ni le dieron una respuesta coherente, al cabo de unos años alguien podía contestarle a esa pregunta
EL ELEFANTE NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA DESDE QUE ERA MUY PEQUEÑO.
Cerró sus ojos y se imaginó al pequeño elefante intentando soltarse, y a pesar de su esfuerzo no pudo, se habría acostado agotado para volver a intentarlo el día siguiente, al otro y también al que seguía.....Hasta que un día el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme, que vivía en el circo, no escapaba porque creia-pobre-que NO PODIA
El tiene su registro y recuerda su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor se volvió a cuestionar seriamente ese registro. Jamás.....Jamás.....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Todos somos un poco como ese elefante de circo, vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos", simplemente porque alguna vez, cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos....Hicimos lo que el elefante, grabarnos en nuestro recuerdo...NO PUEDO.....NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ.
Como mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar la cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma.
!NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ"
La única manera de saber, es intentarlo una y otra vez y poniendo en cada intento el corazón.
4 comentarios:
Qué bueno. Te felicito y espero que lo pases muy bien
Mucho besos para mi querido y estimado malabarista infernal
Y quién sabe si cuentacuentos infernal :-)
Siempre bienvenida Jacqueline
Mi cuento favorito es "Momo", de Michael Ende, sin duda y de siempre.
Plantea metáforas muy buenas, que hoy en día, siguen ahí...
la gente no sabemos escuchar y siempre siempre, sin tiempo para nada.
un abrazo y suerte!
Lo leí, y es muy chulo, gracias, pero ya tengo cuento, en breve os lo pongo o a los que esteis cerca, os lo cuento.
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