lunes, 12 de noviembre de 2007

Blanco y negro

Este fin de semana por fín tuve el curso de cuentacuentos, estaba ansioso por que llegara el día y no defraudó para nada mis expectativas, por motivos de organización y de ombliguismo de la gente fuimos menos de los esperados, y no hicimos la contada en público. A cambio disfrutamos de un día de compañerismo, ilusión y magia entre 6 personas deseosas de llenar nuestras vidas de sueños.
Aprendí mucho en lo artístico, pero por encima de todo aprendí mucho en lo humano. En el grupo me acompañaban desde un treintañero diseñador gráfico y monologista de humor aficionado, hasta un hombre de 45 años separado no hace mucho y por tanto con una carga vital importante, una treintañera muy tímida, escritora en ciernes, y una joven de 23 años, pedagoga de niños y cargada de fuerza, ilusión y simpatía. En esta amalgama de edades e historias fluyó una comunicación sincera, motor de un crecimiento personal y de grupo que todos nos llevamos como recuerdo.
Al calor de la amistad aprendimos no solo a contar cuentos, sino también y sobre todo a escuchar, a mirar, a soñar... y a disfrutar de la energía positiva de los demás. Queda de nuevo demostrado que escondido en tu agujero nunca encuentras gente afín, pero cuando sales y te expones el mundo muestra toda la gama de colores que anida en su interior, y solo tienes que escoger en cuál de ellos te encuentras más a gusto. Lo mejor, los abrazos sinceros y sentidos de despedida, adoro los abrazos, cuánto bien hace un abrazo!!.
Aquí os dejo el enlace a la página de la que saqué mi cuento, tiene muchos y muy lindos, el que yo conté lo titulan, una historia para niños grandes, quién vaya a coincidir conmigo que no lo lea, si quiere, porque se lo contaré gustoso si la situación acompaña. Y quien lo lea que me diga que sintió por favor, porque yo todavía escurro una lagrimilla si lo leo en silencio.

http://ca.geocities.com/el_rincon_de_nora/indice_cuentos.htm

Este post debía terminar aquí, y el fin de semana habría sido fantástico, pero no puede ser,
y no puede ser porque ayer cuando bajaba de mi casa encontré un hospital de campaña, tres ambulancias y dos coches de policía,
no puede ser porque toda esa gente estaba allí porque había habido una reyerta,
no puede ser porque en esa reyerta murió una persona,
no puede ser porque esa persona era un chaval de 16 años,
no puede ser porque la muerte de ese chico ocurrió por un enfrentamiento entre skins y antifascistas,
no puede ser porque con 16 años no se sabe ni de que color es cielo, no se tienen razones ni para matar ni para morir,

hoy hay una familia más destrozada, por nada, para nada,..... y un chaval en otro mundo intentando cantar...

2 comentarios:

daviz dijo...

Muy lamentable. Cualquier excusa tienen los violentos para desquitarse... pero ¿amachetear a alguien?

Supongo que impresiona más cuando ocurre en un lugar que nos resulta tan familiar, pero debería horrorizarnos igualmente sea en Legazpi o en el el culo del mundo.
Pero es curioso, ¿verdad que no lo hace, al menos no tan intensamente?

Anónimo dijo...

No es fácil entender de dónde puede nacer un odio tan grande.
Sólo hay una cosa clara, tristemente, y es que en cualquier momento la vida puede dar un tumbo.
El mundo está loco, cada vez más...y no hay modo de pararlo.