miércoles, 27 de mayo de 2009

Incidentes

19:30

-¿podremos bajar a fumar, no?, dice la fracófona joven, que va a una feria de energía solar
- yo crrreo que despuesss del fuelo que hemoss tenido, una cigarrrrillo e un cafe nesssesitamos, dice el alemán viejo, que vuelve acasa después de dos años en Caracas.
-¿nos haréis descuento en el café, no?, dice la madrileña risueña, que va a una cena de negocios.
- Me temo que en Italia la ley es muy estricta y no se puede fumar en ningún sitio. Ni hay en el aeropuerto espacios para fumar como en Barajas, ni mucho menos, podemos dejarles salir del avion, dice el azafato, que no va a ningún sitio, y menos después de activar accidentalmente la rampa de escape mientra el avión reposta, como hará unos minutos más tarde de decir eso, dejándonos atrapados en Venecia.
-¿y qué hay del descuento en el café? - insiste la madrileña.

22:30 pm

Primero, la tormenta y las turbulencias. Luego la espera dentro del avión a ver si bajamos, arrancamos de nuevo, o qué hacemos. Luego la espera en la terminal de Venecia, para que finalmente nos manden a un hotel, tengamos que madrugar de lo lindo y por si fuera poco, el conductor del autobús va ahora... y se pierde!, dice uno, que no sabemos donde va, más que a Munich, como todos, cuando el autobus entra en la tercera gasolinera de Trevino a pedir direcciones.

Media hora después y una gasolinera más, todos amagamos el aplauso al llegar, si no fuera porque el autobus se empotra contra un murete del hotel.

00:30 am

- ¿qué planes tenéis ahora de vuelta?, pregunto.
- yo quiero trabajar mucho y volver cuanto antes a Costa Rica, dice la alemana, mientras exhala humo de su cigarrillo de después de cenar.
- yo quiero volver a Ljubljana para tramitar mi visa y volver a New York cuanto antes, dice el esloveno, mientras juguetea con la silla de la terraza del hotel.
- yo quiero volver a madrid mañana. Sin más indicidentes, digo yo, mientras no hago nada y pienso lo cerca que he podido estar de ver la ciudad vieja, los canales.

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