domingo, 10 de mayo de 2009

Hlavní město Praha

Hace un dia sorprendentemente soleado, primavera en la Bohemia. Praga, apodada "la  ciudad dorada", o "el Paris de los 20 en los años 90", es una ciudad monumental, centroeuropea, "medieval con pasta", empedrada, gótica. En cada rincón al que miras por el Stare Mesto, lo poco que conocí ayer,  siempre encuentras un detalle en el que fijarte, un adorno en la fachada, un atlante, y de repente, un tranvía cling cling pasando por la esquina siguiente. Y siempre mucho verde en las avenidas grandes, acercándose a la ciudad nueva.Sin embargo, no me dijo nada, no me causa ninguna sensación, ni emoción, ni reflexión. Es más de lo mismo. Ya he estado aquí antes, en el reflejo de otras ciudades continentales: Aachen, Brujas, Sibiu, Viena,... todas reunidas aquí. 
Recuerdo cuando estuvimos en Brujas Henry y yo. Una ciudad de cuento de hadas. Tanta belleza nos dio sed, y creo que mi mejor recuerdo, lo mejor que hicimos, son las cervezas belgas en un bar cualquiera, ya al margen del enjambre de turistas. 

Quizás en los siguientes días cambie mi percepción, quien sabe. Mientras, la foto prometida.
Crepúsculo sobre el río Moldova, desde el puente de Carlos IV, con Hradcany, la ciudad-castillo, al fondo.


Visto así,  realmente es una ciudad preciosa, pero la belleza sin emoción en los ojos del que mira, la vuelve un tanto aséptica.

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