martes, 5 de junio de 2007

Vergüenza

Lunes 4 de junio, doce de la noche, vuelta al hogar después de una agradable tarde compartiendo conversaciones, abrazos y confidencias, regadas con unas cañitas y unos porritos, parece que con la primavera vuelve la vitalidad a Madrid y los que aquí nos encontramos corremos raudos a disfrutar de este miniparaiso que nos ofrece.
Nos encaminamos hacia la puerta del sol para coger el metro que me lleve a mi casa, es tarde y estoy un poco fumado, antes de llegar encontramos a un músico itinerante que está amenizando la noche a los viandantes, acunando con las notas que salen de su guitarra a los que allí se encuentran, una marabunta de niños procedentes supongo de algun viaje escolar ha hecho del músico su clown particular y corren y saltan alborotados alrededor de las notas del juglar, y este sonrie sin rubor al ver el milágro que se está produciendo, parece un ángel en medio de la calle regalando sonrisas a los niños.
Pasamos junto a ellos y una sonrisa se acomoda en nuestros rostros contagiados por el milagro que allí se está produciendo, y en este estado esperaba irme a dormir pensando que quizás este mundo que suele mostrar el egoísmo y la maldad en grandes dosis diarias siga teniendo una parcelita en él que hace que aún merezca la pena.
En esto estaba mi cabeza cuando al acercarnos a la parada de metro vemos salir corriendo a un hombre de mediana edad latinoamericano con un segurata detrás blandiendo amenazante una porra en su mano derecha. El segurata alcanza al hombre y le golpea una vez con la porra, este se para y parece que la cosa se va a serenar, mientras tanto los que allí nos encontramos miramos sorprendidos lo que está ocurriendo, en ese momento salen otros tres seguratas de la boca de metro y corren hacia el lugar donde se encuentran las otras dos personas, uno de los que se acerca saca su porra y comienza a golpear de nuevo al hombre, los demás le gritamos para intentar que dejen de golpearle, el hombre sale corriendo y este último segurata sale detrás de él, corre durante unos 100 metros y le golpea reiteradas veces en ese trayecto, después vuelve sobre sus pasos sujetado por una compañera con toda su virilidad de frustrado asomando por sus fauces, gritando improperios y bravuconadas al huido, de esas que siempre salen a los cobardes cuando se encuentran en el bando más fuerte y numeroso.
Vuelve hacia la boca de metro con andares de terminator y cara de cromagnon soportando las miradas de desprecio de los que hemos contemplado la escena y entra en ella sin que una misera gota de culpa o de duda sobre lo que ha hecho corra por su pequeño cerebro,....... y yo siento vergüenza, por pertenecer a una especie en la que cohabitan animales como ese, plenos de frustración e ira, y por pertenecer a la mayoría de esa especie que si bien no actuamos de la misma manera, no hacemos nada por evitarlo.

5 comentarios:

quemasda dijo...

Es una vergüenza, desde luego que si.
Les dejas una porra, y una txapa, y ya se creen con derecho a todo, por encima del resto de ciudadanos.

Desde luego que es una vergüenza.

Todo mi apoyo para ti, sigue denunciando todo aquello que te parezca injusto.

Aqui hay un sitio, al estilo "meneame" en el que puedes incluir la entrada a este blog, para que lo lea cuanta mas gente mejor.

http://denuncialo.noticia.es

un cordial saludo.

daviz dijo...

que hijosdeputa.

Estoy con vosotros, pero al no haber visto toda la escena me pregunto que pasaría para que los seguratas hicieran eso. Nunca defendería al latinoamericano sin saber que ha hecho. Lo que no significa que defienda la violencia, al contrario.

Cualquier cosa que hiciera el perseguido, no lo justifica, y menos por agentes del orden, aunque sean de contrato privado.

malabarista infernal dijo...

efectivamente, nada justifica esa manera de actuar.
El hombre iba desarmada y no devolvio ninguno de los golpes, estaba acojonado, ellos eran 4 y con porras, y además se supone que esa manada de cabestros están "formados" para reaccionar correctamente, es decir, para mantener la cabeza fria en situaciones de conflicto.
Ultimamente estamos viendo en demasiadas ocasiones a los cuerpos de seguridad, públicos o privados, excederse en el uso de la fuerza, es decir, que das un uniforme a un anormal y lo conviertes en el justiciero, ya basta!!
maldita sea, ya basta!!!

Anónimo dijo...

El latinoamericano debía correr por mero disfrute propio... "malabarista infernal" no flipes cuando no sabes de que va la historia, y mucho menos hagas demagogia barata no...regalada, a lo mejor ese tío acaba de pegarle el tirón a una pobre señora que lleva 12 horas limpiando escaleras para dar de comer a sus 4 hijos y pasara 3 meses sin poder moverse en la cama de un hospital, y si esto no te da pena de verdad....piensa que esa señora podia ser tu madre...y luego me lo cuentas

malabarista infernal dijo...

querido anónimo, si mi comentario es demagógico el tuyo no lo es menos, el susodicho "delincuente" iba solo y sin nada en la mano, los "entrañables" guardas de seguridad eran 4 corrieron lo pegaron y le dejaron marchar, si hubiera cometido un delito deberían detenerlo no? pero nunca pegarlo, para castigar están los jueces amigo, y no 4 gañanes que llevan porra, en eso consiste la presunción de inocencia, todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y se demuestra en un tribunal, no en la calle.
Pero claro, era inmigrante y corrian los seguratas detrás, !seguro que ha robado a unos niños, violado a sus madres y quitado el trabajo a sus padres!
manda huevos que tu hables de demagogia barata.