domingo, 24 de junio de 2007

La magia del fuego

Llegó la noche tan esperada por mucha gente, aquella en la que sin saber a que obedece o de donde proceden todos seguimos unos rituales confiando que lo malo pasado desaparezaca y lo bueno se encamine hacia nosotros. Nunca puse mucha fé en los distintos rituales, como dice Marea "en vez de mirar pal cielo, me puse a medir el suelo, que me tocaba de andar",... pero con el tiempo he recordado una historia olvidada que me contó uno de esos maestros de antaño que tanto poso dejaron en mi interior, este maestro hablaba de un pueblo antigüo que adoraba a una gran cantidad de Dioses, al pueblo llegó un día un hombre que profesaba una adoración por un nuevo Dios, desconocido para los lugareños, éstos para curarse en salud y no ofender al posible Dios decidieron hacer una estatua "al Dios desconocido".
Como los lugareños de la historia el año pasado decidí probar suerte y quemar en un pequeño papel el mayor de mis demonios, implorando en el fondo de mi ser, aquella parte desconocida para todos menos para uno mismo, que el conjuro funcionase y mi demonio perdiera fuerza. Un año después no se si por el conjuro, por mi esfuerzo o simplemente por el azar la petición funcionó y de nuevo en la noche mágica decido continuar el trabajo y quemar nuevos demonios que deseo desterrar de mi vida,.. quedan muchos días para comprobar el resultado, pero de momento en mi retina quedan las imágenes de las llamas crepitando en la noche y los recuerdos de mi infancia junto a otras llamas y con la misma sensación de magia allá en la estepa castellana rodeado de los míos y viendo a mi abuelo actuando como maestro de ceremonias en otra rito mágico que servía para alimentarnos a todos durante todo el invierno.

Que la magia se reparta entre todos nosotros.....

Rituales para la noche de San Juan

4 comentarios:

daviz dijo...

Amen a eso.

Ojalá todos los demonios se pudieran quemar.. me temo que no siempre funciona. Para quemar cierto tipo de ellos, sería como quemarse a uno mismo.

malabarista infernal dijo...

quizás es justo eso, quemar parte de lo que somos, aquellas partes que no nos gustan y son dañinas para uno mismo y para los demás, de hecho mis demonios van justo en esa dirección,
no será fácil pero seguro que será fructífero

Romulo dijo...

El fuego puede ser muy peligroso en manos poco juiciosas...

malabarista infernal dijo...

Cierto, pero no hay premio sin riesgo....