domingo, 27 de abril de 2008

Soy y no Soy

Alfileres que se clavan desde dentro, en cada poro de la piel. Imposible moverse; el dolor se acentúa hasta no ser capaz de soportarlo. No sé cuanto tiempo llevo aquí , ni siquiera sé donde estoy. Estoy tumbada? Debo haber decidido no moverme para que no me duela más. Mi espalda se ha apegado al suelo en que se apoya. Dónde estoy? Ahh!, no puedo ni mover la mano para tocarlo pero creo que está húmedo. Estaré en el barro? Quizás sea mi sudor. La cabeza empieza a darme vueltas...No puedo moverme porque no soporto el dolor que me produce y estar aquí tumbada sólo me proporciona ese descanso. Me pregunto si habrá alguien por aquí cerca que pueda ayudarme. Pero ahora que pienso... hace mucho que no recuerdo a nadie. Tengo la sensación de que llevo siglos sola. A ver, vamos a intentar poner la cabeza en orden...

La gravedad me aspira por el hueco de un túnel vertical, me traga. Arriba puedo ver el círculo de luz del que me voy alejando cada vez más. Me quedo casi a oscuras. Extiendo los brazos mientras caigo para ver si me puedo agarrar a algo. Con las puntas de los dedos puedo rozar las paredes. Pego un pequeño salto y me cuelgo de una rama. Los oídos dejan de sentir el zumbido de la caída, el pelo cae lacio sobre mi cara, noto el peso de mi cuerpo. Por un momento agradezco el descanso pero en seguida me doy cuenta de que mi nueva situación no es muy alentadora, en algún momento mis brazos no serán capaces de sostenerme y volveré al vértigo de la caida tarde o temprano. Lo único que puedo hacer es soltarme por mi propia voluntad,para que no sea repentina. Tomar la decisión de saltar es dura, pero peor será caer sin previo aviso, así que me lanzo a la oscuridad de este pozo sin fondo. Me mareo, siento naúseas, no puedo soportarlo...Como las alternativas son pocas, para evitar esta agonía intento amoldarme otra vez a la caída, a dejarme llevar por ella sin sentir que me engulle. Incluso si pliego los brazos puedo ir más rápido. Claro, cuanto antes llegue al fondo menos durará mi agonía. Qué habrá allí abajo? Por más que fije la vista allí, en el infinito, no conseguiré ver nada. Poco importa de todas formas, si sigo cayendo en algún momento pararé; ya que no puedo elegir cuando llegará ese momento mejor no pensar más en ello. Pero aquí en el pozo no hay mucho más en que pensar. O sí? Puede que si vuelvo a alargar los brazos encuentre algo. Me tiro contra las paredes, reboto en ellas en mi caída. Me duele pero no reparo demasiado en ello. Creo que así voy a encontrar una salida. Tras no se bien cuantos metros de caida estoy a punto de darme por vencida pero entonces mi cuerpo se golpea violentamente contra una piedra y se detiene en ella. Ahhh! ahora si que duele. Creo que he encontrado una cueva. Creo que unos brazos han suavizado mi caída. Creo que hay alguien más aquí. La oscuridad es completa pero tengo esa sensacion de que no estoy sola, de que alguien me observa desde muy cerca. Quiero hablar pero no puedo, hace tanto que no lo hago que mi lengua no articula y mis labios están como pegados. De repente tengo mucho miedo, empiezo a agitar los brazos a mi alrededor para ver si estoy sola o no. Me encuentro con otros brazos que también andan buscando algo. Curiosamente ninguno de los dos nos asustamos, nos cogemos las manos, nos tocamos la cara, el cuello, el pecho, palpamos nuestros contornos. Y entonces nos abrazamos. Intentamos besarnos pero nuestros labios están tan secos que no podemos despegarlos sin que duela. Mi compañero de cueva está realmente empalmado y yo me siento el sexo muy mojado. No recuerdo haber experimentado mejores orgasmos. Claro, que en realidad no recuerdo nada de lo que hacía antes de caerme al pozo. Aunque noto como los labios se me desgarran, trato de abrir la boca, quiero hablar con él, quiero besarle. las lágrimas de dolor se me saltan al tiempo que la piel y la carne se me resquebrajan. Él nota lo que estoy intentando, pone sus manos en mi cara y trata de impedir con dulzura que lo haga. No sé porqué. No sé si no quiere que sufra o no quiere oirme. Le aparto las manos de la cara. Me coge de la nuca y me atrae hacia él para volver a penetrarme. El sexo vuelve a ser maravilloso, me siento viva. Y empiezo a querer quedarme en la cueva. Para qué seguir cayendo? Mejor quedarse aquí. Parece que nos comunicamos perfectamente sin hablar, sabemos en todo momento lo que estamos pensando; sabe que me quiero quedar; sé que quiere empujarme. Boom! El vértigo se ha triplicado ahora, no me he caído, me han tirado, y mi cuerpo no consigue asimilarlo. Grito, lloro, la rabia puede con todo, ya no puedo más! Pero me equivoco, la caída es tan larga que volveré a recuperarme. Y sigo cayendo con el sabor agridulce de su recuerdo. Ya no quiero volver a tirarme contra las paredes para encontrar otra cueva. Ya no creo que haya nada que encontrar. Me dejo arrastrar por la gravedad e intento disolverme en mi carrera. Si me concentro puedo incluso recrearme en ella, disfrutarla como atracción de feria. El tiempo debe ir pasando hay fuera, o aquí dentro o no sé donde... No sé si llevo días o años cayendo. Cuándo llegaré? A dónde voy?

Y así creo que he llegado aquí, sí, a este suelo húmedo y blando. Esta debe ser la tan esperada caída. No parece que me haya roto nada. Mi dolor parece más en algún lugar del alma que del cuerpo. Estos alfileres que se me clavan por dentro deben ser mis miedos. O puede que sean todos mis huesos rotos. No lo sé, y la incertidumbre se apodera otra vez de mí, la cabeza va a empezar a recorrer espirales infinitas y otra vez volveré a recordar el túnel, otra vez sabré que estoy tumbada en el suelo, que tira de mi como un imán. Otra vez querré moverme y otra vez veré que no puedo porque duele demasiado. Trato de mover la cabeza. Ahhh. Siento como una puñalada en la sien. Intento mover un pie. Ahhh. Otra puñalada.Quizás deba aceptar sin más el estar aquí quieta como acepté la caída por el túnel. Pero allí al menos pensaba que podía llegar a alguna parte. Y aquí se qué no voy a ningún sitio. Un momento, oigo una puerta que se abre. Estoy en casa? Abro los ojos y todo sigue a oscuras. No, estoy aquí, y aquí no se donde está. Ah, el suelo húmedo, ya recuerdo, el túnel, la caida...otra vez la espiral de pensamientos...pero algo me había despertado...Creo que hay alguien cerca...

- Holaa.
Estoy escuchando mi voz, me parece increíble.Vaya, puedo hablar.

- Sí, ahora puedes hablar.

Una voz de mujer se acerca.

- Quién eres?

- Digamos que una enfermera

- Enfermera? Yo no estoy enferma

- Bueno, estoy segura de que sientes alfileres clavándose en tu cuerpo en este momento... Eso es por la vuelta, siempre duele.

- La vuelta? Dónde estaba antes? Dónde estoy ahora?

- Cada vez que vuelves me preguntas lo mismo y cada vez te respondo igual. Dónde te gustaría estar?

Me quedo en blanco. La verdad es que no lo sé

- Cualquier respuesta te dejaría inconforme. No te preocupes, en un momento dejará de dolerte. Quizás me he retrasado un poco y eso te ha hecho entrar en el túnel; se que se pasa mal, lo siento, pero también sé que se olvida. Ahora respira profundo, relájate y déjate llevar, es lo mejor, es la única manera en que conseguirás sonreir.

Veo como se acerca a mí con una diminuta jeringuilla.

- No, no quiero. Qué quieres hacerme?

- Lo mejor para tí....Nunca quieres al principio pero luego me lo agradecerás. Siempre es así.


-Siempre? ... Por qué?... pues.. entonces cambiemos hoy, a ver que pasa...

- Lo siento, no se puede cambiar, tu viniste aquí voluntariamente, firmaste un papel...ya lo sé , no te puedes acordar. No importa, no importa nada de lo que digas o sientas. Firmaste en varias copias, releiste lo que firmabas, estabas conforme...

- Bueno, sea lo que sea quiero borrar mi firma...me estoy empezando a marear, ya no puedo soportar el dolor ni sin moverme.

- Lo sé, necesitas lo que te traigo. Deja de pensar, no te llevará a ninguna parte...relájate, aceptálo, no hay marcha atrás. Lo ponía en la cuarta página; por más que supliques volver no podemos dejarte hacerlo... la vida sólo te producía sufrimiento.

Durante unos instantes parece que recuerdo algo...Sí, vivir me dolía más que éstas alfileres por todo mi cuerpo...el alma desgarrada...sin descanso...

- Allí donde vas ahora, allí de donde vienes, nada de todo esto importa, allí eres feliz, sonries, quieres y te quieren...

Las lágrimas me corren por las sienes, ahora recuerdo todo, ahora recuerdo la seguridad con que firmé aquellos papeles.

- Pero nada es real allí, sólo existe en mi mente.

- Y eso es lo que cuenta. Lo que no se ve no existe y tú no vas a ver nada de esto en unos momentos, para tí todo será real, tu mente engañará a tu corazón y tu corazón a tu mente.

Mientras hablamos ha debido ir haciendo su trabajo, ya no me duele nada. Tengo sueño.

-No me dejes volver al túnel....no me dejes ver esto, no me dejes despertar.

-No te preocupes, no volverá a suceder, lo siento. En cualquier caso he aumentado la dosis, pasará tiempo antes de que necesites otra. Relájate, controla tu mente, llévala a donde quieras, si no lo haces así tendrás un mal viaje y allí si que no te podemos ayudar. Allí todo depende de tí.

Desearía que la enfermera me abrazara hasta que la droga hiciera efecto pero ya no puedo hablar. Los ojos se me cierran...Veo un sol rojizo sobre un cielo morado, una playa sembrada de flores amarillas, el mar es verde intenso...Unos brazos fuertes me abrazan por detrás, un cuerpo se pega al mío, me aparta el pelo suavemente y me besa la nuca, sus labios besan mis hombros, sus manos se posan en mi cintura... Un susurro en mi oido: Te echaba de menos. Sonrío, aprieto más su cuerpo contra el mío...

2 comentarios:

malabarista infernal dijo...

que bien escribes.......como me apena leerte........ cuidate, por favor.

daviz dijo...

!!!!