Por encima del bien y del mal

El principal problema de una monarquía radica desde mi punto de vista en que se tiene de manera indefinida una figura que está por encima de la ley, que tiene una importante partida presupuestaria de la que no tiene que rendir cuentas, que tiene un trabajo visiblemente bien remunerado de por vida, porque sí, porque él lo vale. Eso para un país es una lacra, pequeña desde mi punto de vista, rompe el "todos somos iguales ante la ley". Una pequeña lacra, pero un país seguramente se puede permitir esa ligera excepción.
Pero es curioso que en una democracia consolidada nos encontremos con tanta gente que se cree por encima de la ley, por encima del bien y del mal. Un presidente del Gobierno que intenta comprar votos a 400€, me da la risa que un partido progresista no tenga una idea un poco más original. Una oposición que hace oposición desde el grito y la confrontación contínua. Un Gobierno que no se preocupa del día a día económico de las familias españolas, sólo se nutre de mirar la macroeconomía y presentar bonitos números, sin querer ir más allá.
Pero lo grave, lo más grave, es la chulería y el creerse por encima del bien y del mal. Es inaceptable que pasados tres años, una vez celebrado un juicio, una vez absueltos los presuntos culpables de mala praxis en el hospital Severo Ochoa, la presidenta de la Comunidad de Madrid cierre el caso con un "me alegro de que no haya habido mala praxis", y el consejero de Sanidad en aquel momento, Manuel Lamela, diga que se actuó correctamente y volvería a hacer exactamente lo mismo. Con dos cojones, ni una rectificación, ni un perdón, lo sentimos, la cagamos. Os jodéis, os manchamos vuestra reputación, os jodemos la vida, y yo tan contento con mi actuación. MAMONES!