miércoles, 13 de agosto de 2008

Wake up! Llaman a la puerta

Estoy lo que se dice comiendo techo, tirada en un colchón de migas de chocolate y galletas. El silencio invade la habitación y su recuerdo mi mente. Llaman con unos golpecitos a la puerta. Sé que no puede ser él pero el “y si fuera” me hace levantarme de un salto desparramando el café por el suelo. Con el corazón a mil abro la puerta. Un encapuchado con las manos agarrándose los codos está al otro lado.

- Lucas? Eres tú?

El encapuchado no me responde y desesperada por la intriga le echo la capucha hacia atrás. Unos ojos negros, puede que los más bonitos que haya visto nunca, me miran fijamente. Sus labios pálidos me dicen:

- Pero no decías que Lucas no merecía ni tu desprecio? Qué no querías ni que se enterase de tu muerte!

-Sí, bueno, ya se sabe como va esto del amor...le odio pero le quiero.

-Así no va el amor.

No puedo dejar de pensar que quizás sea la mirada más interesante que me he cruzado en mi vida. Me hundo en su inmensidad sin poder apartar los ojos. Mareada por el vértigo le respondo vagamente.

-Sí, supongo...pero a falta de amor verdadero bienvenidos estos entretenimientos, si no sería todo muy aburrido...o no...yo que sé.

- Bueno, he venido a buscarte, estás lista?

Atónita le miro inquisitivamente, quién es éste peregrino con el que estoy hablando en el rellano? Tiene la piel color canela, barba de tres días, es alto y adivino unos pectorales cubiertos de bello. Mi mente le proyecta sin el hábito y sonrío tontamente.

- Oye, no sé quién eres...

- Ya lo creo que sí, me acabas de llamar.

Intento recordar...si hubiera visto antes esos ojos no se me hubieran olvidado.

- Perdona, no estarás buscando a Diana, la vecina de arriba.

Mientras se lo pregunto me proyecto también en su contestación: “No, te busco a tí”.

-No, vengo a por tí.

No puedo contener ahora una gran sonrisa de alegría y curiosidad.

-A mí? Qué vendes?

-Más bien qué compro.

-Qué compras?

Me imagino que me quiere comprar a mí.

-Digamos que vengo a comprarte a tí.

Mis ojos si que son expresivos ahora. Compruebo que no haya ningún error.

-Vaya...a la mejor me confundes entonces con la de abajo...se gana una pasta extra acostándose con tíos de vez en cuando...

-Mira, nunca ando bien de tiempo, si me invitas a pasar hablamos claro.

Y cómo le voy a decir que no? Nos sentamos en el colchón que está en el suelo del comedor, muy juntos porque no es muy grande. Respiro su cuerpo pero no huele a nada.

-Hace un rato me llamaste, querías venirte conmigo porque ya no aguantabas más aquí, recuerdas? Querías desaparecer y morirte...no sabes vivir sin amor.

Este tío me descoloca y me encanta esa sensación cuando conozco a alguien.

-En tal caso debes de ser el Amor o la Muerte.

Ahora es él quién se baña en mi mirada, me penetra hasta dentro y puedo sentir una oleada de frío dentro de mí, seguida otra de intenso calor, otra de frío. Me pregunto cómo sabe lo de Lucas.

-Prefiero que seas el Amor, porque para la Muerte siempre hay tiempo.

-Pues entonces deberías pensar antes de pensar qué deseas. Me has hecho venir para nada...Quiero decir que encantado de conocerte en persona, pero triste de que me no me quieras tanto como yo pensaba.

Qué sonrisa tan bonita, mezcla de serenidad y satisfacción. Le ofrezco un té pero no quiere nada.

- No me irás a decir que eres la Muerte...no esperaba verte tan pronto.

- Algo así... soy lo que aquí no se llama vida...lo que no se llama realidad pero que es mucho más real que esto...

-Pareces un flipaó de Matrix.

- Buena aproximación...Sólo que tú ya te has tomado la pastilla roja y sin embargo sigues aquí, en este colchón, lamentándote porque no tienes alguien a quién abrazar. Yo hace tiempo que estoy allí, quizás esperándote.

- Sí, tienes razón, intento que las emociones no me dominen...pero es que a veces me parece que todo es una broma...que hay alguien ahí que nos ha puesto a Lucas y a mi delante para que no nos gustemos como pequeños seres humanos pero nos amemos espiritualmente...

Me mira muy fijamente, su mano se ha apoyado en mi rodilla.

- Otra vez una buena aproximación. Verás, la energía que tenéis Lucas y tú en el universo, antes de que el random cósmico os utilizara como energía interna de dos personas, estaba en perfecto equilibrio cuando estabais juntas...Pero encerrados en vuestros cuerpos no podéis reconoceros, apenas intuiros, tendríais que desapegaros de vuestra vida aquí para daros cuenta de lo que está pasando en realidad...vuestras energías se atraen pero vuestros cuerpos hacen de muro...me entiendes?

Joder, cómo me pone la Muerte, un compañero único de tertulia.

- Sí, descubrir el truco y jugar con el mago. Romper los hilos y dejar de ser marionetas, conseguir la libertad del espíritu.

-Los personajes que representáis aquí no debería impedir el Amor...pero lo hace, no?

Me quedo pensativa un rato.

-Sí, supongo que ninguno hemos descubierto aún el truco, aunque yo cada vez observo más atentamente los movimientos de cada mano, de cada carta...Cada vez veo más que todo encaja como un puzzle sideral. Pero si es que le gusta Rocky 6!!

Nos echamos a reír. Nuestras cabezas se han apoyado de lado en los cojines del colchón, nos miramos muy de cerca mientras conversamos. Tengo unas tremendas ganas de besarle, pero como siempre pienso que esperaré a ver si él me besa primero. Aunque esta vez creo que va a ser diferente. Acerco mis labios a los suyos, despacio pero con seguridad, y noto como el también se acerca a los míos. Cuando están a punto de rozarse me dice:

-Sabes, me gustaría no tener que decirte esto, me gustaría dejarme llevar por lo que siento y hacerte el Amor durante horas...pero tienes que estar segura de a quién estás besando... porque después ya no hay marcha atrás.

-Me estás hablando del beso de la Muerte?

-Sí.

Nos damos la mano al tiempo que separamos nuestros cuerpos. Me echo a reír.

-Vamos, no me jodas. Hace siglos que no deseo besar a nadie como a tí en este momento y vas y me dices que si te beso me muero. Jo, no sé que hacer. Besando a Lucas no siento esto, pero a cambio sigo aquí...y no me va tan mal.

Se levanta muy despacio del sofá y me levanta suavemente de la mano que seguimos teniendo entrelazadas.

-Escucha, no deberías desear la Muerte, todavía no estás preparada. Me alegro...Aunque me hubiese dado tanta paz que vinieras conmigo...no te imaginas como fluyen nuestras energías allí juntas, esto de ahora no es ni una calada enteógena.

-Y porqué no te quedas aquí?

-Puf, también nos iría muy bien...pero yo pasé por aquí hace ya mucho, no hemos coincidido en el tiempo...en este momento no es posible que vuelva.

No puedo resistir las ganas de besarle, de abrazarle, de pedirle que se quede, de decirle que me lleve. Amor significa Muerte. Me mira dulcemente y luego empieza a reír. Qué decir de su sonrisa! Se la quiero comer.

-No te preocupes, sobra decir que volveremos a vernos. Espero que la próxima vez sea para besarnos. Pero por ahora no le des vueltas, es mejor que te quedes.

No sé ni que decir. Quiero y no quiero que se vaya. Nos miramos y nuestras caras brillan y sonríen.

-Hasta luego entonces.

Le veo alejarse hacia la puerta y cuando se cierra voy a la ventana para verle caminar por la calle. Tras varios minutos nadie sale del portal. Claro, es la Muerte, habrá subido por el tejado para llegar a su casa.

1 comentario:

daviz dijo...

un viaje increible, si!
y segun creo que tu también sigues de viaje... espero que también esté siendo increible. Nada de Amor y Muerte! Al menos no lo último.
me alegro de saber de ti,
un abrazo!