Algo anda mal en nuestras sociedades para que las personas que son diferentes o viven circunstacias diferentes deban cargar además de con sus propios miedos, problemas o complejos con el castigo del resto de sus congéneres. En lugar de tender la mano y el hombro a la gente que sufre les brindamos nuestros labios curvados y nuestra lengua venenosa. Y digo brindamos porque nadie está a salvo de éstos comportamientos, o casi nadie, todos hemos cometido estas torpezas con algunas personas, para luego con el tiempo avergonzarnos de nuestro comportamiento.
Quisiera con el tiempo tener la oportunidad de vivir en una sociedad en la que todos sintamos el dolor del otro como nuestro, y sus problemas como nuestros problemas, y donde nadie pueda avergonzarse de no haber tenido suerte en la vida, quisiera que la "otra oportunidad" tantas veces soñada pudiera estar siempre a la vuelta de la esquina, o en el abrazo de un "vecino". En nuestras manos está que esto sea así. Así que manos a la obra.
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