No sé porqué el ser humano se empeña tanto en poner ciudades donde no se puede vivir. En un lago, en un barranco o encajada entre el mar y morros escarpados.
Puedo entender que esos lugares dieran de si como para poner una casa o dos, y luego la cosa creciera un poco por las vistas. Pero de eso, a atiborrarlo hasta llegar a ser megalópolis como Mexico, Sao Paulo o Río pues no hay quién entienda.
Después de un tiempo del lado de acá, lo de vivir subiendo y bajando laderas empinadas, enganchando viaductos, o rodeados de volcanes, emparadedados por inundaciones, terremotos y otros desastres naturales lo comienzo a ver, pero lo que no voy a entender nunca ni quiero es que construyeran ciudades en sitios donde hace un frío que pela durante nueve meses al año y anochece antes de las cinco la mitad del tiempo, que se te quitan las ganas de salir de casa y hasta de vivir...
Castilla, no me esperes porque no pienso volver.
El suelo tiene sed,
La vida es imprecisa
déjame crecer.
(y lo siento por los finlandeses, en el alma si hace falta, pero allá cada uno con lo que come)
1 comentario:
aquí te espero, no hace frío, no hay cuestas, tienen una playa muy linda...
brzs!
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