"Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas. Ahora bien, conmigo se da el caso, por desgracia, de que yo no soporto con facilidad precisamente esta semisatisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerablemente odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas, a ser posible por la senda de los placeres y también por necesidad por el camino de los dolores. Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria que al dormecino dios de la semisatisfacción le tirararía a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa......"
Y entre lectura y descanso, siempre hay tiempo para purgar el alma a través de la poesía...
Aires de grandeza
atesora el personal
aires de grandeza
en su vida profesional
Aires de grandeza
que le elevan al pedestal
de la ambición y la miseria,
dos futuros, un final.
¿qué buscas con tu apuesta?
¿que esperas conquistar?
¿el corazón de la bestia
o el líquido del lagrimal?
Tus motivos, tus razones,
tus esfuerzos sin igual,
se me antojan eslabones
de la cadena en tu yugular.
Te oigo y no te escucho,
te miro y no te veo,
te escondes en tu refugio,
te escondes, compañero.
Tus ansias y tus sueños
caben en una mesa,
tu nombre en un letrero
y una gran nómina en tu cuenta.
Vacío está tu interior,
vacío como un abismo,
pues todo lo anterior
no te acercará a ti mismo.
La grieta es cada vez más grande,
el miedo se multiplica,
corre hacia el desastre,
corre, "no seas marica".
atesora el personal
aires de grandeza
en su vida profesional
Aires de grandeza
que le elevan al pedestal
de la ambición y la miseria,
dos futuros, un final.
¿qué buscas con tu apuesta?
¿que esperas conquistar?
¿el corazón de la bestia
o el líquido del lagrimal?
Tus motivos, tus razones,
tus esfuerzos sin igual,
se me antojan eslabones
de la cadena en tu yugular.
Te oigo y no te escucho,
te miro y no te veo,
te escondes en tu refugio,
te escondes, compañero.
Tus ansias y tus sueños
caben en una mesa,
tu nombre en un letrero
y una gran nómina en tu cuenta.
Vacío está tu interior,
vacío como un abismo,
pues todo lo anterior
no te acercará a ti mismo.
La grieta es cada vez más grande,
el miedo se multiplica,
corre hacia el desastre,
corre, "no seas marica".
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