jueves, 24 de mayo de 2007

Que hablen de ti

Estoy comenzando uno de estos libros que aparecen en la sección de recomendaciones; lo he reiniciado porque últimamente andaba espeso en la lectura, y la verdad es que leer por segunda vez un texto te ayuda a saborearlo y entrar un poco más en los detalles.
Una de mis manías es apuntar frases interesantes, que me evoquen sentimientos o vivencias pasadas o que simplemente me parezcan bonitas o ideas a tener en cuenta, y poco a poco las voy almacenando en un libreta roja que siempre me hace compañía en la mesita de noche. Pero hoy me he parado en una frase que no me gusta, que no irá a mi libreta roja pero sí quería comentarla aquí. Dice así:

"es una tontería por tu parte, porque sólo hay una cosa peor en este mundo que el que hablen de uno, y es que no hablen",

similar a otra que me suena más, "que hablen de mí, bien o mal, pero que hablen". Me parece una tremenda memez eso de que tengan que hablar mal de uno mismo, a mí sólo me trae una sensación de egolatría que no me gusta. Como ejemplo de que sería mejor no hablar de ciertas personas, para ellos y sobre todo para mí porque oír sus noticias me molesta, propongo a Aznar y a Maradona. Del primero, las últimas noticias que ahora me vienen a la mente son:
- los que planificaron los atentados del 11-M no están en desiertos lejanos ni en montañas remotas
- Quién te ha dicho a tí que quiero que conduzcas por mí. Esta frase me repele especialmente por la implícita soberbia que conlleva.

- Cada voto que no vaya al PP es para ETA. Zapatero lleva a otra Guerra Civil a España

De Maradona hay poco que añadir, lamentablemente demuestra una y otra vez que es incapaz de luchar contra la lacra que suponen las drogas en su vida. Creo que es importante tener cierta conciencia social cuando sabes que eres un ídolo para tanta gente, sobre todo cuando es la sociedad la que te ha encumbrado. Claro que si la gente me hiciera caso y no tuviera ídolos resolveríamos el problema, podría destrozar su vida sin que nos enteráramos.

También ciertos comportamientos que veo a mi alrededor me animan a no hacer mucho caso a esta frase. Quizás mis pensamientos sean una defensa a mi creencia de que muchas veces paso desapercibido en muchos sitios, pero la verdad es que en ciertos casos prefiero no dar la oportunidad a que hablen de mí a que lo hagan para hablar mal.

Y dos cositas para terminar. Javier Pérez de Albéniz escribe sin cortarse un pelo el blog El Descodificador, el blog de televisión de El Mundo. El otro día comentaba un programa de Antena 3, El Español de la Historia, no tiene desperdicio. Y hoy añadía unas líneas a los comentarios:

"Por cierto, ayer no dije cual es mi 'español de la historia'. Después de ver la férrea disciplina, la escasa educación y la falta de contenidos de 'Factor X' me dan ganas de elegir a Millán Astraid. Pero tras pensármelo un poco creo que hoy eligiría a... Miguel Delibes. Un hombre de campo, prudente, cabal, nada vanidoso, buena persona y buen escritor. ¿Y usted?"

Lo que diga el tal Javier no va a misa, pero me da cierto orgullo saber que habla así de bien de Delibes, y ahora miro con cierta sonrisa un libro que me dedicó, Señora de rojo sobre fondo gris, y que os recomiendo.

Y por último, destaco la primera frase de mi actual libro que irá a la libreta roja: "La risa no es un mal comienzo para una amistad y está muy alejada de ser el final de una".

1 comentario:

malabarista infernal dijo...

Si Henry hay mucha gente de acuerdo con esa frase: "que hablen de ti aunque sea mal", hay mucha gente que para sentirse alguien necesita que los demas le hagan sentir alguien, y para eso necesita estar en boca de los demas, yo creo que si uno sabe quien es y porque hace las cosas no necesita el aplauso ni la atencion de los demas, si eso llega sera accesorio y nunca imprescindible, pero en esta sociedad materialista en la que vivimos la imagen se ha convertido en algo fundamental y parece que es mas importante la imagen que los demas tienen de ti que lo que tu mismo piensas de ti.
Creo que el anonimato es un refugio
contra la estupidez y la vulgaridad y yo desde luego prefiero que no hablen de mi, mejor que hablen conmigo.