Hoy fue un día bastante redondo. Trabajé en casa, a causa de la tremenda amenaza de las manifestaciones multitudinarias que iban a colapsar la ciudad. Cualquier excusa es buena.
Me eché una siesta de babero, y fui a tomar un café servido a la española, es decir, con taza de loza, pequeña, café concentrado, y no dos litros y medio en un vaso de cartón. No estaba mal, no sabía como en España, el café chiapaneco, pero al menos era lo más parecido.
Me eché una siesta de babero, y fui a tomar un café servido a la española, es decir, con taza de loza, pequeña, café concentrado, y no dos litros y medio en un vaso de cartón. No estaba mal, no sabía como en España, el café chiapaneco, pero al menos era lo más parecido.
Tomé un camión hasta Chapultepec y fui al museo de arte moderno, a ver una exposición de Remedios Varo, una catalana -naturalizada en México como refugiada durante la invasión nazi de Francia- surrealista-metafísica que se inspiró en sus lecturas, desde lo metafísico, a las matemáticas, pasando por la novela negra, fantástica y esotérica. Me gustó como la muestra enlazaba sus cuadros con citas de la literatura supuesta inspiradora.
Luego me dolía la tripa y pensé que sería agradable sentarse en el banco frente a las Dos Fridas, de la exposicion permanente, pero una gringa obstinada en disparar todo encuadre del cuadro posible no me daba opción mas que a ver su culo, y no me apetecía, así que salí al parque del museo a sentarme en un banco de piedra lleno de hojas de otoño. Qué raro, un trozo de verde en la ciudad de México en estas fechas, y no está sembrado de flores de pascua.
Llegó la hora de cerrar el MAM, y salí a Pasear por Reforma para ver la exposición de viñetas de Abel Quezada en las rejas de Chapultepec, y de repente se me encaprichó acercame al Palacio de Bellas Artes. Cogí un camión, me planté allí, compré los malditos sellos en el Palacio de Correos, unos chocolates en Sanborns y pensé en regresar hacia Auditorio. Mala idea la del chocolate si te duele la tripa, y lo de bajar al centro el día de la manifestación. Reforma se bloqueó en cuestión de minutos, vaya.
No pasaban camiones por Reforma, y terminé andando hacia Insurgentes para coger el metro, pero me dió pereza, y al final entré en un hotel para pedir un taxi seguro en la Zona Rosa, que me llevó raudo al Auditorio, total, todo el tráfico estaba atrancado en Cuahutemoc.
Quería ver una obra de teatro medio musical, una obra dentro de otra. Como lo del sueño dentro del suelo "es lo más cercano a despertar" que alguien dijo, y otros citaron, y yo no recuerdo. Pero que casualidad, las entradas estaban agotadas para la obra que quería ver. Qué raro, aunque oí algo de "invitaciones", así que debía ser por eso. Está en sus ultimas funciones, y debieron invitar a medio DF a verla.
Ya me quedan pocas opciones para elegir en los teatros del centro cultural del bosque, así que no elegí, vi la que quedaba "Matando Puercos"; un experimento con los personajes estrella de Shakespeare simultaneamente controlados por unas brujas bastante eléctricas. Inciso: esta, Xicoatl, sí era más para intelectuales. Pero duró poco, y no estuvo tan mal para lo duro que podría haber sido.
"There are more things in heaven and earth, Horatio. Than are dreamt of in your philosophy."
1 comentario:
Me gusta la creación de las aves de Remedios Varo, y el de "naturaleza muerta resucitando" en efecto, me parece transgresor, pero muy entretenido.
Esos del sindicato de electricidad también me bloquearon el paso en reforma hace unas semanas. Me alegro de vivir en mi burbuja y no tener que lidiar con el trafico en días de manifestaciones :)
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