domingo, 16 de noviembre de 2008

La trinidad

En mi interior conviven
tristeza y felicidad,
unas veces gana una
otras la otra a mi puerta quiere llamar.

Han aprendido a tolerarse
y por fin viven en paz,
una viene con el otoño
otra cuando a mi niña veo llegar.

La primera me acompaña
a veces en trío con la soledad,
la segunda la doblega
con la poderosa arma de la amistad.

Que más da esta dicotomía
si el resultado me ha de guiar,
camino de mi sitio,
camino de mi lugar.

A las dos las quiero,
a las dos he llegado a amar,
las dos me acompañan
por las calles de esta ciudad.

No me busquen en el circo,
no me busquen para currar,
surco el aire en una cometa
que vuela hacia la eternidad.

Paro en cualquier destino
buscando almas para luchar,
contra el tedio y el destino
que me quisieron adjudicar.

Mi cometa vuela cada vez más alto,
su rumbo me es ajeno ya,
disfruto cada segundo
la aventura terrenal.

Objetivo: el firmamento,
cargado de estrellas en fraternidad,
me uniré a ellas con el tiempo
haciendo mi cometa estallar...

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