La gran balanza cósmica...
Cuando uno hace las cosas de corazón, la vida te las devuelve, eventualmente.
Cuando te mandé aquellos libros tontos, infantiles (pero que me hicieron soñar), jamás de los jamases se me ocurrió pensar que con el paso de los años me retribuirías, con un pedacito de -creo- melancolía capitalina. Y además, ¿ a quien no le hace ilusión recibir cartas y paquetes postales, a la antigua usanza? Gracias.
Estoy convencido de que hay amistades para siempre, y gente que nos seja una huella profunda, positiva.
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