San Paulo, la ciudad tatuada.
Fea e inspiradora. En todos los rincones un graffiti interesante para ver. Unos feos, otros bonitos, otros destructivos y aquellos reivindicativos, y alguno, solo decorativo.
Es una maravilla caminar un domingo de sol a mediodía por las calles de Jardins, con ese aire de villa, casas bajas, alguna antigua, árboles, restaurantes, comercio, etc. Fuera de la realidad de la mayoría de la ciudad, supongo. La Avenida Paulista me parece una clara realidad e intrigante metáfora al mismo tiempo. Una línea del ecuador. Hacia el norte, cayendo por la ladera de Augusta, Belavista va perdiendo el lujo, aumentando las fachadas pintarrajeadas, mas cables colgando, aire mas denso, otra gente, hasta degradarse en el Centro. Al sur de la Paulista, la misma Rua Augusta pero arbolada y con predios de porte regio, comercios cuidados, grafittis bonitos, atravesando el Jardín Paulista hasta todo el glamour de Oscar Freyre.
Norte y Sur, totalmente diferentes a unos solos pasos. Polarizado como Brasil, social y geográficamente, racial y políticamente....
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