viernes, 9 de abril de 2010

Hailsham

Terminé hace unos días "Nunca me abandones" de Kazuo Ishiguro. Me
encantó, y me disgustó a la vez. De hecho, había veces que no
quería seguirlo leyendo, me ensombrecía, me daba lástima, mucho más
que Santiago Nasar. Tan triste como la propia Inglaterra en uno de sus
días grises. Pero luego lo seguí leyendo, intrigado por la trama
distópica, que como decía Gina, es lo de menos, es pura excusa,
comparada con la nitidez del trío de personajes. No sé, a veces
parecía leer dos novelas en una. Y al contrario que su medio
compatriota Murakami, Ishiguro si sabe poner un final a una historia.

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