Como el título de la canción de Enya, o por las películas de Piratas
en el Caribe, por las aventuras de Cienfuegos, este es un mar
sobrevalorado en mi imaginación. Es la tercera vez que estoy en mar
antillano y al fin, llego a la playa. Y al fin me baño en las aguas
turquesa, pero y al fin, no estoy nada impresionado. De hecho, según
me metí al agua, me recordó al mar Negro, un agua opaca de un color
extraño, casi metálico, un azul raro en definitiva. Mar picado.
¿Dónde estará ese Caribe idílico? Tal vez en Puerto Angel, o en
algún rincón del Mediterráneo, porque aquí es la misma costa
turística de siempre. No es decepción, no es otra cosa que lo que me
esperaba
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