Desde la óptica, experiencia, perspectiva y biomecánica de una madre joven, en paro y agonía existencial, tengo que decir que hoy ha sido un día de esos que no se olvidan.
Dejo antes de la hora acostumbrada a la niña en la guardería, qué bien que la dan un premio por entrar sin llorar. Me paso 15 minutos en un tubo tomando sol cancerígeno, desayuno en la cafetería de la Facultad de Medicina, poleo y tostada. Salgo corriendo para rellenar una solicitud de empleo en la que me tengo que autobaremar. Hace un calor de bochorno, pega el sol de lo lindo y yo voy toda de negro vestida y sin gafas de sol. Me voy a desintegrar como los vampiros del anuncio de Ray-Ban. En el autobús me da la charla una señora de 93 años de Nava del Rey, contándome su infancia y enumerando los miembros de su familia que han pasado a mejor vida. Chupo media hora de cola entre más madres jóvenes y en paro, claro, para entregar la solicitud en el registro. Es para una bolsa de empleo. Total, puede que me llamen dentro de 37 años, justo después de haberme jubilado. Recojo a la niña de la guardería. Llego achicharrada a comer a casa de mis padres. Lentejas, si quieres las comes y si no las dejas. La niña tiene su primer accidente casero, casi se revienta un ojo. Me amodorro 2 horas en el sofá de mi madre. Absorbe a todo el que en él se sienta. Llego a mi casa con el tiempo justo, no hay luz en todo el edificio ni agua caliente. Vaya mierda de ducha a oscuras y helada. Salgo pitando para reunirme con mi amigo Alberto, que ha quedado con su amigo Roberto (que también es de Nava del Rey), y me encuentro a Susana, la hermana de mi amiga Marta, que está casada con Iñaki, amigo también de Roberto, y todos juntos entramos en el teatro para ver a "Marlango", un trompetista, un pianista y una diosa de carne y hueso con vestido a lo Sara Baras y unas botarras del 40 al menos. Increíble el concierto, con mención incluida a Delibes y su libro "El Camino" y genial versión de "No mires a los ojos de la gente" de Golpes Bajos. Tengo que hacerme con los 3 últimos discos. Quisiera reencarnarme en Leonor, y no por el uruguayo de su marido precisamente. "Squeeze the Universe and shake the Moon". Le hacemos caso a esta premisa y nos vamos a tomar unas cañitas, escuchando a Robert Plant y Jimmy Page, hablando de cine, libros y programas de radio. ¡Y qué descubro! Que a Roberto (el amigo de mi amigo Alberto, y amigo de Iñaki, casado con Susana, la hermana de mi amiga Marta) también se le ha metido un libro en el cuerpo, y que le ha cambiado la vida: "Los detectives salvajes", y que de una manera muy anecdótica ha establecido una relación con Carmen, la mujer de Roberto Bolaño.
Y es que ya llevo tiempo diciéndolo, que hay unas sinergias por ahí...
Hoy (por ayer hace un rato) fue un placer.