lunes, 3 de diciembre de 2007

Nunca es tarde...

Lunes de regreso, de nuevo en Madrid tras un fin de semana hermoso en las tierras de mi infancia. Tenía varias razones para ir a ver a mis padres este fin de semana, primero que hacía ya tiempo que no iba y hay cosas en la vida que hay que cuidar, y segundo que ayer fue el 59 cumpleaños de mi querido padre. Y ha sido toda una lección y todo un placer, no se cuál de las dos sensaciones ha pesado más. Mi padre como buen hijo de su generación y del lugar de su nacimiento siempre ha sido una persona contradictoria, con una gran esencia y un gran corazón pero con una carencia absoluta de herramientas para mostrar sentimientos, al pobre lo castraron emocionalmente con una educación represora y hueca de cariño.
Toda mi vida he visto como daba una de cal y una de arena, y los problemas familiares que eso conllevaba. Ahora que ya están viejitos las cosas están sucediendo de una manera sorprendente y maravillosa. Mi padre ya apuntó lo que se avecinaba cuando se prestó gustoso a que organizaramos una comida fuera de casa, cosa que a él por norma no le agrada mucho, no quedó ahí la cosa, el destino le puso a prueba y despertó el domingo con un mal cuerpo terrible y después de una muy mala noche, a pesar de eso aguantó el tipo y se vino con nosotros de comida, le veía la cara y sabía que estaba jodido, pero aún así no quiso estropearnos el día.
Mi madre le hizo un regalo muy personal y muy tierno que destrozo las defensas emocionales de todos nosotros y nos reblandeció hasta límites escandalosos, mi padre no pudo mostrar su emoción en público, es muy alto el muro que debe superar para eso todavía, pero al llegar a casa la beso y la dijo todo lo que no la había dicho fuera, y mi madre se emocionó,.... y yo me derrito de pensar lo lindo que es todo ahora después de épocas de turbulencias y terremotos.
Y no puedo más que admirar el esfuerzo que los dos han hecho pese a todo y contra todo para mejorar, y me siento muy orgulloso de ellos, sobre todo de mi padre, porque conozco a su enemigo, se que es fuerte, y aún así le veo luchar y vencer poco a poco.
Gracias padre, gracias por seguir luchando, espero que sepas que celebramos tus victorias como si fueran las propias, porque en buena parte lo son.
Gracias familia, ennoblecéis mis días con vuestra esencia, me hacéis sentir afortunado.....

2 comentarios:

Mariel Ramírez Barrios dijo...

Viví cada segundo del cumple de tu padre como si estuviera allí...tan emotiva es la exacta descripción.>No te hacen sentir afortunado.lo eres.
pero también lo son tus padre por este amor ,sin duda.
Dios mío.
PD
Comiste migas? tocinito....pimentón y canela mmmmmmm con huevitos y vino en bota...........que rico!!!

malabarista infernal dijo...

Si, soy afortunado, y no solo por ellos, también por otras personas,... entre ellas tú.
Comí un pescadito muy rico con un verdejo de Rueda... uhmm no olvidar probarlo al pasar por Castilla.