martes, 19 de febrero de 2013
Global II
Que rápido ha cambiado el mundo. La ultima vez que vivi un apagón en casa debía tener diez u once años, y fue en casa de mis padres. Fue divertido, porque claro, mis padres estaban bien preparados para este tipo de cosas y tenian velas. Toda la casa ilumidada con velas, con esa luz oscilante y amarilla que le daba un aspecto fantasmagorico a las paredes, como de castillo medieval, de un tiempo remoto sin luz electrica. Y nada de Tv, por supuesto.
Hoy. Cuando sali del edificio, la prevision de la vuelta de la electricidad eran las diecinueve treinta. A la vuelta de cenar, la prevision ya era de las dos de la madrugada, asi que afrontemoslo, es un apagon y hoy no habra mas luz. Aqui no hay velas, y espero de verdad, por Santa Maria, que nadie las tenga en todo el edificio. No quiero morir calcinado, ya sabemos como es eto. Asi que sin velas, hago un calculo y tengo dos horas de bateria en el portatil, suficiente para cargar el iPhone, poner mas bateria en el iPad, y usar la luz de la pantalla del ordenador para iluminar un poco (un poco bastante) el salon. Despues de eso, aun me queda la luz LED de la linterna de leer para el eBook, y por ahi va. Poco a poco quizas los electrónicos vayan apagandose, y me de cuenta que en la oscuridad, con solo la luz que entra de la calle, de las farolas, de los edificios que no se quedaron sin luz por la tormenta, solo me quedara leer, y dormir, dormir pronto, dormir mucho... En fin, visto así, no se está nada mal.
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