domingo, 19 de septiembre de 2010

Cuando estuve en Astorga la última vez, me daba rabia encontrarme
basura tirada en el suelo: latas, botellas, papeles. Y a nadie parecía
importarle demasiado.
Ahora, aquí, se me parte el alma al encontrar personas tiradas en el
suelo, casi con la misma indolencia.

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