domingo, 18 de julio de 2010

Manaos

No quisiera vivir aquí. Incongruente, dice la guía. Esta ciudad se
muere a las cinco, queda la basura en la calle, una sucesión de rejas
echadas y polillas negras como murciélagos revoloteando entre las
bolsas, por el suelo áspero, por el aire templado. Por la mañana,
Manaus es un hervidero callejero de comercio sinsentido, venta
ambulante, venta de rua debajo de un cielo encapotado que cuando no
amenaza, descarga. La lluvia es fuerte, dura unos minutos y se va,
como si nada, dejando riachuelos bajando por las calles, dejando la
ciudad embarrada, pero sin barro. Y no se lleva los puestos ni las
casetas de lanches. Deja ahí la marca de un capitalismo desordenado,
sucio. Baja desde el Teatro hasta el puerto flotante, el agua
discurre, hasta las mesas con grifos y jarras de cerveza, suelo sucio,
mojado, sillas de plástico, y cae por el borde hasta el agua negra del
Río. Manaus es el ultimo punto donde abastecerse, donde beber cerveza,
un último reducto de civilización, caotica, antes de adentrarse en el
Amazonas. Una masa mediocre de concreto, cables y fachadas de
decadencia ecléctica. Por eso tal vez aquí el agua negra del rio pasa
deprisa, toca el muelle y se va, queriendo alejarse cuanto antes.

3 comentarios:

Rincón oscuro dijo...

qué distinta sería mi descripción de aquí en Munich. Es justo lo contrario.
Aún así, espero que estés disfrutando de lo que te da de sí el día.
Un abrazo cálido.

G Velázquez dijo...

linda foto. me gustó cómo plasmas la imagen de esa ciudad.
saludos y abrazos hasta allá!

daviz dijo...

abrazos a las dos! de las cuatro ciudades que estoy viendo en tan poco espacio de tiempo la que menos me gustó fue Manaos, pese al increible entorno que la rodea, por agua y mar..