sábado, 10 de julio de 2010

Cenando

Hay dos cosas que me encantan de los restaurantes brasileros respecto a los españoles o mexicanos. El sistema electrónico de comandas. Funciona así: al entrar en el restaurante, recibes una ficha con un código de barras. Pides la comida, y los camareros solo tienen que encargarse de apuntarla en tu comanda electrónica. Cuando terminas de cenar, no tienes que entrar en ese tedioso e interminable diálogo de por-favor-la-nota con un camarero que está más apurado por servir las otras mesas, esperar que el camarero la traiga, depositar la tarjeta, esperar a ser cobrado, firmar la autorizacion de la tarjeta, buenasnoches-buenas noches, bla bla bla. Aquí terminas de cenar, y te levantas cuando quieras con tu comanda electrónica, pagas en caja y te vas.
Y segundo, y esta es solo respecto a Mèxico, no tener que dejar propinas.

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