Fue el concierto mas solitario que vi en mi vida. Solamente había una
persona. Tiene que ser duro cantar para un publico tan enflaquecido.
Yo estaba haciendo cosas por la Paulista cuando oí cantar a Alanis
Morrisette. Era una canción que sonaba durante mi primer año de
universidad. Sería por la morriña, sería por solidaridad, decidí
quedarme. Últimos acordes, vaya, y en instantes el concierto más
magro del mundo terminó.
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