sábado, 18 de julio de 2009

Actio

Postrado y solo. Así me dijo que se sentía, después de tantos años esperando algo, algo que no llegaba, pero sabía que tenía que ser, o suceder. Algo que cambiara su vida. Aunque no pudiera saber con exactitud que era lo que estaba esperando, me decía que a veces podía casi tocarlo con la mano, o respirarlo en el aire, y seguía con la esperanza y con la mirada puesta en el horizonte. Esperando a que eso, fuera lo que fuera, llegara. Qué de gente conocemos que piensa así, que espera. Intentemos no olvidarlo, puede pasar toda una vida y llegar a viejo como el señor Manuel, y seguir esperando. Una espera infinita..., ¿es acaso mejor que actuar?

Cuando me alejé de allí, dejando al señor Manuel de nuevo sólo, de nuevo con sus esperanzas, pensé que tal vez lo que estaba esperando, lo único que podría cambiar su vida significativamente, era la Muerte.

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