jueves, 27 de marzo de 2008

Aventuras y desventuras

Ya estamos de vuelta, después de un divertido pero fatigoso viaje por tierras andaluzas. Como viene ocurriendo ultimamente cada vez que regreso al tajo tengo un trancazo espectacular, yo creo que es mi cuerpo que reacciona ante el cambio entre lo divertido y buscado y lo obligado y.... en fin, sigamos.
Han estado divertidos estos días, con viejos reencuentros que han alegrado mi espíritu, desde la encantadora Granada, con sus preciosas vistas y sus divertidas noches, hasta la incomparable placidez que se respira paseando por el Cabo de Gata y sus preciosos paisajes. Esta vez pasamos una divertida noche en la Cala de San Pedro, disfrutando de su hospitalidad y de una luna llena evocadora de momentos lindos y de personas añoradas,... esa parte fue dura, unos pellizquitos torturaban mi corazón cada poco, recordandome que esa preciosa noche podría ser infinitamente mejor.
Después de disfrutar de la tranquilidad y el sosiego almeriense, (tranquilidad aparente porque casi me "ahumo") nos encaminamos al lugar que en principio fue la excusa para este viaje, el Dragon Festival, lamentablemente llegamos ya de noche y nos perdimos la parte que creo que a mi más me habría gustado, porque lo que allí ocurre de noche no es muy diferente a cualquier otro sitio. La próxima vez habrá que ir antes y estar más tiempo. Para terminar pasamos una confortable noche durmiendo cuatro en un C4 y tomando el camino de retorno con una agradable caravana,..... !todo perfecto!
Lo mejor de estos días fue pasarlos en compañía de dos viejos amigos pucelanos, que si bien no vemos con mucha frecuencia si los sentimos bien cerca.
Con el camino de la vida llevándonos de aquí para allá continuamente es agradable comprobar que quienes de verdad nos importamos mantenemos ese nexo, más allá del espacio, más allá del tiempo...

Voy a darme un homenaje imaginativo, recordando San Pedro, pero mejorándolo...

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