Estoy haciendo la ruta de los grandes monstruos de la música brasileña (o dinosaurios, según se vea). La última fue Gal Costa la semana pasada, otra baiana clásica, la del "oh balancê, balancê". Esta vez versión Theatro Municipal en homenaje a Vinicius de Moraes y Tom Jobim, interpretadas por la orquesta sinfónica de Río. Un lujo. Eso si, con mucho vértigo desde la galería.
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