Cuando era pequeño en mi casa sólo había para desayunar galletas María. Con o sin mermelada y margarina. Las magdalenas eran un lujo que sólo tenía en Astorga en casa mi abuela, tanto la de arriba (de la muralla) como la de abajo. La abuela de abajo tenía siempre las de la Bella Easo, y de la panadería de Cuatro Caminos, y la abuela de encima, las compraba en una panadería con horno propio y siempre estaban riquísimas, medio torradas por fuera y muy esponjosas. Las echo de menos, tanto a las magdalenas como a las abuelas de aquel tiempo, jóvenes y caprichando nietos.
En Brasil sólo había visto las magdalenas importadas del ZonaSul. De francia o por ahí. Imagina, a 20 reales la bolsa opaca sin saber si son o no son, mejor déjalo estar. Pero encontré una panadería al lado de casa que hace diariamente una hornada de "mãe bentas", madre benditas! Riquísimas, grandes e iguales a las de Astorga y a un precio normal. Se me hace hasta extraño que el sabor y al textura sean tan parecidas a las de las abuelas benditas....
Entonces, a la salud de las abuelas ¡buena merienda!
1 comentario:
ya verás cuando pruebes las que hago de chocolate. Bsaco.
Publicar un comentario