jueves, 28 de junio de 2012

Pena de país

Mientras, a cualquier hora, cocino, tiendo la ropa o hago cualquier otra cosa desde mi estupenda y acogedora cocina, suelo escuchar el ruido de los autobuses al subir la avenida, las ambulancias con prisa, chavales/as que ríen, la perrita del 2.º, la moto del cartero que aparca y que inmediatamente aprieta mi timbre...
Sin embargo, esta noche escuchaba los gritos de gente enloquecida, la arrogancia del claxon, algún que otro petardo de los cojones, pitidos y más pitidos que me iban torciendo el gesto...y a la vez en la tele veía una tertulia sobre más medidas del gobierno...pero nada, que seguimos igual de gilipollas, que todo el escándalo de hace un rato no era por la subida del IVA, ni por el despido ya casi gratuito, ni por la desaparición de los maestros y cierre de escuelas públicas, ni por la ausencia de personal sanitario para cubrir las bajas, ni por el co-pago de medicamentos, ni por la amnistía fiscal para ladrones, ni por los desahucios, ni por el encarecimiento de estudiar en la universidad, ni por las ayudas y re-ayudas a los bancos, ni por la falta total de separación de poderes, ni por el recorte ridículo y vergonzoso del 2% en el presupuesto a la Casa Real...(podría seguir hasta un finito muy lejano).
Todo ese ruido a deshoras era porque unos señores, contratados por empresarios que deben a la Hacienda Pública un dineral (752 milloncejos de euros nada más) y otro tanto a la Seguridad Social, han vuelto a hacer gestos de súper-héroes ganando a la selección de fútbol de Portugal. 


1 comentario:

daviz dijo...

Ojalá le pusiéramos toda esa pasión a las cosas que de verdad importan...