Esta ciudad parece hecha para coches y no para personas. El centro, el llamado plano piloto, parece una sucesión de nudos en una autopista en las afueras de cualquier ciudad americana. Es un día inusual para llegar a Brasilia. Domingo, puente y día de elecciones en Brasil. Además, llueve, lo que tampoco es muy usual aquí. Conclusión: no hay nadie por las calles, solo vagabundos. Bueno, la verdad es que en Brasilia tampoco hay calles.
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