Terminé mi primer libro en portugués, "A morte e a morte de Quincas Berro Dagua", una ingeniosa y garciamarqueziana forma de ver el asunto de la elección. Qué bueno que hicieron una película, que está pasando ahora mismo en los cines, y que con el libro me regalaron una entrada.
Al terminar, fui corriendo a Livraria Cultura a por otro, es parte del empeño, tengo que hacerme con la lengua. Ojeando y olhando, lo que más me tentó: los libros de Roberto Bolaño en un mueble sólo para él. Creo que sería un sacrilegio no leerle en español. 2666 tendrá que esperar.
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