Hace un calor de los infiernos en Rio de Janeiro. Con este valor no se puede salir de casa antes de las cuatro, ni siquiera para ir a la playa, y una vez allí, el único sitio donde hace fresco es al mismo borde, donde el viento lleva algo de frescor del rompeolas. En cuanto te alejas un metro del borde, desciendo una nube caliente de aire. Para cocerse. Y para mas inri, la ciudad esta llena de arboles y decoraciones de Navidad. ¿Un abeto en el verano tropical? Gente, estamos lejos de Finlandia.
Creo que nunca me había sentido tan atrapado en el presente como ahora.
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