Siempre me pareció un sitio remoto, en el fin del mundo. Eso incluso mucho antes de saber que estaba en el nordeste de Brasil.
Allá que voy, primero a Bahía para el concierto de Caetano Veloso en su tierra, San Salvador, y después, hacia el norte.
Me encanta esta sensación de inicio de vacaciones en el aeropuerto. El rato de espera y el primer vuelo siempre fue un momento de reflexión, de saber donde estoy, hasta donde quiero llegar, o por lo menos, hacia donde no ir. Quizás este año el balance no sea tan positivo como debiera, pero por lo menos esta vez alcancé uno de los objetivos marcados: Viajar solo con una mochila pequeña, la mochila "brega" que compré en el Wallmart de Insurgentes en el DF antes de ir a Chiapas, son menos de cinco kilos.
Espero volver con mas claridad, un mejor rumbo y con mas peso dentro que en la mochila. Veamos.
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