Una vez dije, cuando me creía una persona medio inspirada (afff), que "leer es como viajar, y viajar multiplica vivir". No sé yo. Juventud divino tesoro. Después de unos años, creo que más bien se aplica una particular teoría de la relatividad del tiempo. El tiempo pasa muy muy deprisa cuando estas entretenido. Viajando pasa acelerado. Estático, el tiempo se ralentiza, le cuesta pasar a través de la rutina. Se vuelve deeeeennnsoo.
Este primer medio año de 2015 pasó tan rápido. No paré de viajar. Recuerdo que estábamos abriendo los huevos de pascua en Rio y de repente, era julio y estaba a 40 grados en Madrid, cambiando de vida y habiendo viajado por Latinoamérica semana sí, semana también. Fueron viajes cortos, pero cada semana pareció durar meses. Vi cosas nuevas, conocí lugares diferentes, nuevas personas, experiencias, sensaciones, recuerdos... No todos buenos, pero nunca importó. No hubo hastío, no importó el cansancio, o incluso la resaca.
Rio de Janeiro, Lima, Bogotá, Quito, Panamá, México, Bogotá II, Madrid.
¿Vamos viajar más?
miércoles, 29 de julio de 2015
martes, 28 de julio de 2015
Espetacular el paisaje de los campos de Castilla. O tal vez sean solo las ansias de volver a casa. Cambiar el mar verde por el mar de trigo, por el amarillo. Tal vez debería hacerme una cuenta de Instagram. No sabría donde guardar recuerdos-imagen fuera de mi cabeza. Perdí ya tantos. Las fotos de papel satinado ya no existen, los discos duros se estropean, la nube es vulnerable, efímera, de pago. Los blogs, bueno los blogs dejaran de existir pronto, y en todo caso, siempre se corre el riesgo de que alguien los lea.
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